los amantes

El amor que compartían era tan falso como sus vidas. Se miraban sentían sus cuerpos que se trasformaban en uno, y nada más. Solo encuentros casuales que quedaban en la nada, llegaron a suponer que eso era lo que tenía en vela su relación. Una noche como tantas otras, cuando el hecho se había consumado. Le dijo "solo te pudo decir que te amo". Ella se rio superada pero a la vez tan humillada por esa mentira, lo miro mientras acariciaba el rostro desnudo de su compañero "no me digas que me amas porque mañana cuando el sol aparezca y no me veas a tu lado a penas lo vas advertir, y cuando el mediodía llegue me olvidaras, siempre es así aunque lo niegues”. El repitió el dulce gesto de ella, y le susurro al oído "no digas que te voy a olvidar porque no es verdad". Ella se durmió en su pecho, la mañana llego tan abrupta que le cegó los ojos solo el imaginarse el sol. Se levanto despacio, recogió cada una de sus prendas y se cambio evitando hacer cualquier tipo de ruido. Cuando el despertó ella ya no estaba, miro el espacio vacío que antes ocupaba su dulce amor de compañía. Procuro no ser capaz de olvidar cada pasión que vivía con ella. Se fue de la habitación y así del lugar de encuentro que una vez al mes era testigo de su tan momentáneo romance. Al llegar el mediodía sin pretenderlo ni advertirlo como ella le había confesado, la olvido.