EL TREN IGNORANTE
No aguanto más. Aquí estoy, en la vía, esperando que pase un tren.
Atrás dejaré esta detestable vida, si es que se puede adjetivar así a mi existencia, rebosada de penurias, preocupaciones, desamores y ruina, mucha ruina.
Estoy saturado de soledad y no tengo que preocuparme por nadie y, lo que es peor, nadie se tiene que intranquilizar por mí.
Aquí permanezco, esperando oír el estruendo remoto de las traviesas que anuncian su llegada, como el zumbar de las olas cuando las ves asistir desde la distancia, aguardando al tren que me lleve a la otra vida.
He tomado la decisión. Tantas veces lo pensé, me venía rondando hace tiempo y por fin me he atrevido. Siento que no hay esperanzas para un ser como yo.
Ahora tengo miedo, mucho miedo. La idea de terminar con este calvario se hace intensa. Es doloroso, pero increíblemente aliviador. Hoy romperé con todo y me dejare llevar por ese tren ignorante que ejecutara sin querer con el cometido más importante de mi vida.
En este momento que todos me han dado la espalda, me doy cuenta de que tengo el valor para decidir esta vez por mi y que nadie más lo haga.
Ya viene , lo avisto en el horizonte, se acerca, menos de cien metros, creo que ha llegado la hora. Se para, cojo mi maleta y me monto en busca de una nueva vida, de un mundo mejor.
eusebio efe.
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