EL TIEMPO DESQUICIADO

Investigadores andan detrás de demostrar que existe un  mundo paralelo en el que el tiempo va al revés, hacia atrás, y en donde un duplicado de nuestro "yo" habita. Imagino que si esto fuera cierto, también podría existir otro mundo paralelo en el que un duplicado nuestro viviera y en el que el tiempo estuviese desquiciado, que diera saltos hacia atrás y hacia adelante, pero que no extrañara a sus habitantes por hallarse acostumbrados a vivir de esa manera.

Fabián va al colegio de la mano de su madre, tiene seis años, viste una bata-uniforme. El colegio es de curas y se encuentra cerca de su casa. Al pasar por delante de un escaparate de una tienda de ropa femenina se mira en el espejo y piensa "a qué velocidad cambiamos de edad y aspecto". 

Se despierta por la mañana temprano, a su lado duerme todavía su esposa, entra en el baño, orina, se peina y ya en la cocina prepara el desayuno para ellos y para su hijo pequeño. Cuando esté preparado les despertará. Será el primer día de colegio para su hijo Fabián, a sus tres años de edad.

Pasea con su mujer por la ciudad después de haber estado en la clínica varias horas junto a la cama en la que su madre yace moribunda. Le ha relevado su hermano. Al poco tiempo le suena el móvil y su hermano le dice que su madre ha fallecido. "Cogemos un taxi", le dice.

La madre de Fabián pide tabaco en la plaza de toros, entre toro y toro, para los soldados del frente que luchan en la guerra civil. Ella es del bando nacional y la churrera de la esquina de la calle en la que vive le ha dicho que la ha apuntado la primera en la lista de los que fusilarán si gana la guerra el bando republicano.

Fabián termina el servicio militar obligatorio, no tiene trabajo, y su futuro suegro, amigo de sus padres, le propone trabajar con él, de ayudante. Es censor jurado de cuentas y necesita un administrativo que haga el trabajo burocrático y aburrido.

A su suegro no le hace gracia que siga de novio con su hija el día que le anuncia que abandona la carrera porque trabajando no le queda tiempo para estudiar. "Deja a mi hija y vete por el mundo porque necesitas encontrate a tí mismo", le dice.

Cuando sale del colegio junto a otros compañeros son recibidos desde la acera de enfrente poir un grupo de estudiantes de otro colegio que les lanzan bolas de nieve. Sale del colegio junto a otro amigo por la puerta de atrás, dan una vuelta y aparecen por detrás del grupo agresor. Preparan bolas de nieve y les atacan por la espalda, haciéndoles huir, pero uno de ellos le amenaza con vengarse un día.

Su hijo Fabián le dice a él y a su madre que se va a Londres para terminar la carrera, pedirá un credito porque ellos no le pueden pagar su estancia en el extranjero y no sabe si se quedará allí o volverá una vez que termine los estudios. La noticia les sorprende y les entristece. "¿ Y la novia?", le preguntan. "A ella le va bien aquí, pero a mí no". 

Por la mañana leva a su hijo Fabián al colegio y por la tarde, treinta años después, va a buscar a su nieto Fabián al mismo colegio.