Rosa Montesinos era la hija única adolescente de una acomodada familia de Barcelona, cuyo padre era un alto ejecutivo de una multinacional de productos químicos el cual tenía que viajar a menudo al extranjero por razones laborales.
Sin embargo para la adolesceente Rosa, cuando éste regresaba de nuevo a su hogar era tanto como si saliese el sol tras un día nublado que con sus cálidos rayos iluminaban a su pobre su existencia ya que el hombre trataba a la joven con gran afectividad.
Mas un día Rosa vio a su padre sentado en la mesa de su despacho escribiendo completamente absorto a lo que acontecía a su alrededor en un cuaderno que ella nunca había visto. ¿Acaso estaría haciendo algun informe comercial para la empresa en la que trabajaba? - se preguntó la chica.
Entonces en una ocasión en la que el ejecutivo se hallaba fuera de casa, Rosa se adentró en aquel despacho, abrió el cajón del escritorio en el que guardaba dicho misterioso cuaderno, lo cogió y vio que en su cubierta había dos significativas palabras: MI DIARIO. Seguidamente ella llevada por una parte por la curiosidad, y por la otra ansiosa de profundizar en la personalidad de su querido padre se puso a leer algunas de las anotaciones que habían en él.
Rosa descubrió para su horror que el supuesto amor que su progenitor parecía tenerle era una vil mentira. Resultaba que el ejecutivo en el fondo de sí mismo opinaba de su hija que era una niñata empalagosa y estúpida; y a su cónyuge tampoco la podía soportar porque pensaba de ella que era una mujer fría y dominante. Por tanto aquel ejecutivo había decidido abandonarlas a su suerte para irse a vivir con una amante a un país lejano donde nadie les pudiese encontrar.
Desde hace muchos años hay infindad de gente que al igual que el malévolo padre de Rosa, escriben en un DIARIO particular su auténtica manera de ser, para contrarrestar a las convenciones sociales en las que todos nos sentimos inmersos. Y esta actividad sea para bien o para mal no deja de ser un ejercicio de libertad. Pero sin duda quienes se han volcado más en los DIARIOS personales sobre todo a partir del Romanticismo han sido los adolescentes de ambos sexos en los que se anotaban los anhelos amorosos hacia alguien determinado. "Hoy fulanito o menganita me ha dirigido una mirada con cierta simpatía. Tal vez lleguemos a un feliz acuerdo" - se escribía.
Se dice que los DIARIOS deben de estar lejos de la vista de los demás. Y el hurgar en ellos se considera que es tanto como violar la intimidad de su autor. Pero hay sujetos que dejan su DIARIO tirado en cualquier rincón de la casa a la vista de todo el mundo. Si esto ocurre es muy probable que dicho autor, de una manera indirecta; o a un nivel inconsciente desea que se le lea, y que en este caso se podría interpretar como una llamada de atención para sus allegados o amistades. Sería un grito de auxilio similar al de un naúfrago en alta mar. Es decir, el oceano de soledad.
Sobre este punto, yo recuerdo que tenía una amiga que aparentemente siempre se mostraba muy alegre y dispuesta al jolgorio mundano, pero que en su DIARIO escribía lo fatalmente mal que se sentía interiormente ante el frívolo ambiente que la rodeaba. Y al dejarlo olvidado encima de un sillón del comedor de su casa era para que quien fuese reparase en él y la tuviese en cuenta.
Esto me lleva a pensar que existe una contradicción entre cómo nos presentamos en sociedad y lo que somos en realidad que se refleja en el DIARIO personal. ¿Somos acaso unos hipòcritas? Aquí hay que abordar el concepto etimológico de persona. En la Grecia de la Antigüedad la "persona" era una máscara que ocultaba el verdadero rostro del sujeto. Y aunque hoy en día la psicología moderna considera al concepto de persona a la totalidad anímica de un ser humano, pienso que seguimos utilizando la "máscara" simbólica en forma de una actitud ficticia con nuestros semejantes.
Sé que también hay muchos escritores profesionales, que además de elaborar buenas obras literarias, escriben un DIARIO personal. Mas como ellos son muy conscientes que el redactar simplemente los hechos rutinarios de su vida no tienen ningún interés; pues la vida tomada tal cual es aburrida y muy poco gratificante, ellos lo que hacen es reinventarse a sí mismos tratar de ver el mundo con una nueva óptica que no deja de ser un trabajo de creatividad, puesto que en un DIARIO importa tanto lo que se dice pero más el cómo se dice.
Y ciertamente. Escribir un DIARIO es útil, porque no es tan sólo anotar las experiencias que le suceden a uno en su vida cotidiana que da motivo para que éste se deje de escribir, sino que también en él se explican los pensamientos y los sentimientos que éstas le suscitan. Como asimismo debido a que el autor puede estar envuelto en una situación confusa y no puede percatarse de la trascendencia de la misma, al abrodar por medio de la escritura lo que le abruma le hace adoptar una postura de objetividad, que le permite distanciarse del problema y hallar una posible solución.
En definitiva el escribir un DIARIO personal es un ejercicio de salud mental, que sobre todo sirve para deshagoranos mentalmente de aquello que no nos deja dormir en paz.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales