Denunciar relato
Una brisa ténue y suave entró por la ventana abierta,
removiendo las cortinas se coló en la habitación.
Una farola de la calle la miraba boquiabierta,
mientras recorría alegremente y silenciosa todo el salón.
Escaleras arriba caracoleo entre la barandilla,
peldaño a peldaño para subir al segundo piso.
Y se paró a observar por un segundo la entrada a la buhardilla,
hasta que en mi cuarto decidió colarse de improviso.
La calma de la estancia alborotó con total frescura,
salvando la cómoda hasta la cama, con un giro simple y vano.
Cuando me rozó el brazo con melancólica ternura,
Claramente, de mi mujer, percibí la calidez de su suave mano.
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