CUM LAUDE
Vino a este mundo en un día tormentoso del mes de abril y sus padres le pusieron de
nombre Andrés . Era el tercero de cuatro hermanos y el único varón.
Tanto sus hermanas como el padre habían nacido en un pueblecito próximo a Soria.
Su padre trabajaba en una serrería y su madre se ocupaba de las labores de la casa.
El salario que entraba semanalmente,apenas cubría para el sostenimiento básico de
la familia,pero gracias a Dios la casa en la que vivían la habían heredado de los abuelos
paternos,por lo que nunca les faltó un plato caliente en la mesa y un pavo por Navidad.
Por lo demás,no había ningún lujo ni en la casa, ni en el atuendo , que las hermanas iban
pasándose unas a otras a medida que crecían.
Como para Andrés no había ropa disponible en la casa,su madre rebuscaba por los
rastrillos y vendedores ambulantes las escasas prendas con que lo vestía.
A la edad de 4 años empezó a ir al parvulario ,donde aprendió las letras y los colores,
e incluso escribía palabras sencillas.
Ingresó en Primaria, donde su profesora , la Srta.Irene, ya observó que poseía unas dotes
especiales para el aprendizaje .Comprendía todo lo que le explicaba a la primera , sin que
tuviera que batallar para que fijase la atención como el resto de la clase.
Sin embargo no jugaba apenas con sus compañeros en los recreos,sino que permanecía
sentado en el patio leyendo un libro sobre insectos,sobre geografía,o sobre minerales,los
cuales sacaba ,con un permiso especial,de la biblioteca.
Sus notas desde el principio fueron brillantes en todas las asignaturas,y al llegar a secundaria
destacaba notoriamente por encima de sus compañeros.
Su interés por las clases era tal,que hasta sacaba un 10 en Religión , que para todos los demás
era una María.
En su tiempo libre ,lejos de jugar al futbol como sus compañeros,se dedicaba a leer cada vez
mas, ensanchando su repertorio de temas,o a disecar mariposas que el mismo cazaba y con
sumo cuidado las coleccionaba en albums, donde escribía sus características particulares.
Llegó a tener mas setenta y cinco ejemplares distintos,que ojeaba con frecuencia ,hasta el
punto de que llegó a saberse de memoria el orden y el contenido de la colección.
En el bachillerato persistió su nivel de excelencia ,sacando la máxima puntuación en todo las
asignaturas y al finalizar le concedieron por unanimidad la matrícula de honor del instituto.
No fue ninguna sorpresa que sus calificaciones en las pruebas de acceso a la universidad
fueran brillantes,de modo que podía acceder a la carrera que desease.
A todo esto su madre había fallecido de leucemia el año anterior,cuando él contaba 16 años.
Para su padre había sido un golpe muy duro,del que nunca se repuso del todo y las dos
hermanas mayores tuvieron que hacerse cargo de sacar adelante las faenas del hogar.
Andrés había tenido una relación especial con su madre,pues aparte de ser el único varón,
habían conectado estrechamente y ella esperaba grandes logros de su vástago.
En cuanto salieron las notas de la selectividad ,solicitó dos becas para cursar las carreras
de Físicas y Matemáticas, las cuales le fueron concedidas muy pronto a la vista de su
expediente escolar. Se fue por tanto a Madrid,alojándose en una pensión,donde disponía
de una habitación con mesa y silla para estudiar.
Compaginó los horarios de ambas carreras ,de modo que unas clases las recibía por la
mañana y el resto por la tarde .A las ocho menos cinco ya estaba sentado en su pupitre
para atender a la primera clase del día y cuando acababa a las nueve de la noche,se
marchaba a la pensión a repasar lo aprendido y pasar a limpio los apuntes.
Cenaba lo que le daban y no se acostaba nunca antes de la medianoche.
A todo esto ,encontraba tiempo para seguir cursos de Inglés ,Francés y Alemán por
correspondencia,lo cual significaba para él un relax ,mas que un esfuerzo.
Ya en el primer curso destacó sobre sus compañeros y sacó matrícula en todos los exámenes,
por lo que le renovaron automáticamente las becas.
En los siguientes cursos prosiguió la misma tónica de excelencia y el consecuente mantenimiento
de las becas.
Se licenció con honores tanto en una como otra carrera y decidió proseguir los estudios para la obtención de un Master en las dos disciplinas.
Como es natural ,lo primero que pensó fue en una universidad americana de prestigio, para
lo que solicitó becas de posgrado a diversos organismos .La respuesta no se hizo esperar y en
menos de un mes consiguió lo que buscaba.
Mandó por correo electrónico su solicitud a varias universidades,entre ellas la de Berkeley,
que tenía mucha fama de puntera en las especialidades que había estudiado.
Le respondieron afirmativamente y le comunicaron que debería pasar por el proceso habitual
de examinarse de inglés,de superar un test de inteligencia y otras por el estilo.
Todas las pruebas las pasó con éxito y en consecuencia fue admitido en el campus.
Como aun no disponía del dinero de las becas ,su padre la prestó el importe del billete
aéreo y una pequeña cantidad para los primeros gastos.
Llegó a California el 28 de julio para incorporase a las clases que comenzaban en el mes de
agosto. Buscó una pensión barata donde dormir hasta encontrar un piso compartido,lo
cual no tardó mucho en conseguir tras haber puesto un aviso en el tablón de anuncios.
No llevaba ni quince días instalado ,cuando le llegaron las transferencias de las becas a la
cuenta bancaria que había abierto a su llegada. Esto le tranquilizó , por cuanto se encontraba
ya con deudas a sus compañeros de piso.
En cuanto comenzaron las clases destacó sobre todos los demás,aun tratándose de un grupo
selecto y escogido de entre miles de solicitudes.
Sus exámenes invariablemente eran calificados con la nota máxima y sus apuntes los
prestaba con una compensación económica,que le servía para darse algún que otro pequeño
lujo,como ir al cine,cenar en un restaurante que no fuese de comida rápida e invitar a bailar
a alguna chica de la universidad el sábado,única noche que no dedicaba al estudio.
Terminó el primer año con las mejores notas del grupo y le renovaron las becas automáticamente.
Aprovechó las vacaciones de verano para viajar un poco,con los magros recursos que contaba,
para lo cual alquiló una caravana que compartió con su amiga Ruth,quien se había licenciado
en literatura germánica y pensaba ampliar estudios en otra universidad.
Pasaron quince días muy agradables y recorrieron cuatro estados además de México,donde les entusiasmaron los mariachis y el tequila.
A la vuelta de las vacaciones,Andrés continuó estudiando áridos tomos que conseguía en la
nutrida biblioteca de la universidad. Faltaban todavía mas de 45 días para que se reanudasen
las clases,así que decidido a no perder el tiempo ahondó todo lo que pudo en sus estudios.
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