A veces hay que desquiciarse un poco para entrar en razón.
Por Valentina Bergiere
Enviado el 08/07/2020, clasificado en Poesía
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Día tras día, golpe tras golpe,
Mala democracia, mala educación,
Depresión tercermundista inhalada por fascistas
Sólo hay drogas para volar, de esté encierro infernal
Infierno de lo mismo, todos en el mismo mundo teatral
Psicosis en cada rincón, la locura es mi pasión
Sin prejuicios, sin vicios, el mundo es un paraíso
Nadie lo entiende, lo subliminal los tiene embrutecidos, el síndrome de Solomon les rompe el corazón
El olor a nocebo en cada lugar dónde vas, el arquetipo de zombies y rebeldes les queda muy bien
Van sin alma, sin corazón, de tantas espadas incrustadas frenaron la búsqueda de razón
Creen que el odio lo solucionará, pero es el amor a la sociedad.
El amor no existe en esté terror, el dolor del corazón es solo para los valientes que no le temen al temblor
Dicen que llorar es de débiles, no logro entender como la inteligencia a veces llega a ser frívola
Aniquilación al diferente, te entretiene el dirigente
Animales intelectuales de polo a polo, encuentra el balance; salva a los pocos
Corazones muertos están en todas partes, mirando y juzgando, te harán sentir que caes
Sólo los corazones desquiciados dejan huellas, sólo los corazones desquiciados encuentran guías.
Es el arte, es el arte!
Ya no aman la soledad, ahora son misantropos.
Ya no aman al ser, sólo desean poseer.
Todos en el mismo juego, mientras, nosotros presenciamos el espectáculo público, inventando mundos para escapar, descubriendo la sincronicidad.
Cuando te cansas de luchar, por que entiendes que no puedes luchar cada segundo de la vida, sólo queda el vuelo de los sentidos, no de los que ensueñan, si no de los que te hacen sentir que eres humano; como la respiración y la contemplación…
Y la razón? No hay razón.
Sólo sé que somos los desquiciados que buscamos el final, mientras ellos son los desquiciados que disparan.
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