Reencuentro.

   La noche teje en mi alma

el más profundo de los silencios.

   Amores ya idos erotismo derrotado

por un tiempo del ayer cautivo.

   En mi cuerpo llevo memoria

de tus besos húmedos y en mi corazón

el dulce anhelo del reencuentro.

   Pero verte de nuevo es morir otra vez

Tu eres joven todavía. Yo por la vida

estoy vencido.

Mientras escribo a las tres de una

cerrada noche de invierno

Suena el teléfono: es ella.

Pienso en ti me dices con entrecortada voz

de un viejo deseo.

Voy a tu casa te añoro atino a murmurar.

No te apresures me dices radiante

Te espero a desayunar.

   Y cuelgas

   Y sin saber por qué lloro muy despacio.

    En mi ventana raya el alba...

                de una esperanza viva.