AQUÍ PAZ... ALLÁ GLORIA/Dedicatoria

La tristeza relativamente angustiante no es cuando piensas en las ausencias. Pues ellas terminaron de abonar con su saber el campo sembrado de experiencia que nos dejan al partir.
Ese peso de pena unido al desconsuelo del espacio vacío, nos compromete a esperar que trascurran con el proceso del luto. Una vez los meses y días pasan, ese sentimiento acongojante deja de existir, siempre y cuando no exista dolor.
Por eso hoy te escribo papá, hoy que hace un año nos dejaste, en una madrugada calurosa igual que la de hoy, en una mañana en la que te lloramos y acompañamos.
Qué guapo que estabas papá, te acaricié las manos, lloré pensando que ahora sí que me quedaba huérfana, porque perdía el último vínculo creador de una familia.
Hoy también he llorado, al amanecer, al escribir para tu aniversario, al pensar en ti, pero a pesar de que todo sigue doliendo, a pesar del tiempo, me sigo sintiendo orgullosa del padre que tengo, del que tanto me enseñó.
Tú me enseñaste y con tu experiencia sembraste mi vida, donde todo ha germinado y ha echado raíces.
Mi beso de hoy al Cielo es para ti papá, te quiero.

Deli