DUDAS
Eran las 19,00h y como cada *VIERNES*. Tamy se dirigía al gym. Tenía un cuerpo impresionante, aquella falda dejaba ver el inicio de sus muslos y esa cola de caballo negro azabache, generaba un morbo inmenso. Se dirigió al vestuario y comenzó a quitarse la ropa, quedo con un tanga que cubría su pubis bien depilado. Su compañera de penas, Sara la observaba. Las dos se dirigieron a la sala de máquinas, cada una subió en una cinta. Después de contarse el transcurso del día Sara preguntó a Tamy cómo le había ido la noche anterior en la celebración del cumpleaños de su novio, después de ver la cara de Tamy, Sara le preguntó...<<¿pero llegas al orgasmo con el? >> Tamy sonrío y le confesó que muy pocas veces. Ya eran casi las 21h, decidieron parar y tras pasar por la ducha Sara invitó a Tamy a tomar unas copitas de vino, puesto que la noche anterior no había podido asistir al cumpleaños. Después de dos botellas de Rioja, Sara volvió a retomar el tema del sexo entre Tamy y su novio. Sara no paraba de mirar las tetas de Tamy y eso a ella por algún motivo, no le molestaba, todo lo contrario. <<Yo te enseñaré a llegar al orgasmo>> espetó Sara a Tamy, a la que, en ese mismo momento, se le erizo la piel. Sara comenzó a besar sus pechos, a Tamy no le desagradaba, al contrario. La excitaba mucho, sentía que todo lo que Sara le hacía le gustaba. Olvidó que siempre había sentido repulsión por dos mujeres en la cama. Sara se percató del placer que estaba produciendo en Tamy y llevó su cabeza hacia su entrepierna. Estaba sintiendo un placer que con su novio jamás había sentido, estaba toda mojada. Sara hundió sus dedos en la vagina de Tamy. El morbo era delicioso, en pocos minutos la llevo a un largo y caliente orgasmo. Las dos quedaron echadas en el sofá, minutos después Tamy se vistió y salió de casa de Sara, diciéndole que había sido consecuencia del vino. Y que no volvería a pasar, Tamy tenía muy claro que quería mucho a su novio, aunque él jamás la había hecho llegar al orgasmo así. Al llegar a casa, subió rápido las escaleras y se encerró en el cuarto, no paraban de pasar por su cabeza las imágenes de lo sucedido con Sara. Lo había gozado, pero ahora que... ¿Como se lo decía a su novio? <<Dios>> que había hecho. A ella le gustaban los chicos, necesitaba hablarlo con alguien, pero... ¿con quién? Estaba claro que con Sara no. a quien recurría... Pasadas las 9.00h Tamy ya sabía a quién recurrir, se puso una camisa unas medias y una falda y se dirigió a la iglesia del barrio. Allí estaba Eduardo, aparte de amigo suyo era sacerdote, así que podía contarle todo tranquilamente sin miedo a sentirse juzgada, o a que su secreto saliese de allí. Hacía casi 3 años que no se veían, la verdad que Tamy no era muy de pisar la Iglesia. al entrar estaba vacía, no había misa hasta las 12h, así que supuso que su amigo tendría tiempo para ella. Le mandó un whatsapp para avisarle que ya estaba allí, 30 segundos después apareció un sacerdote, Tami no lo reconoció, como había cambiado Eduardo en esos años. Se notaba que había cuidado su cuerpo, los bíceps presionaban la sotana, se había dejado una morbosa perilla y su pelo iba recogido en una trenza de vikingo. <<Madre mía >>...Pensó Tamy, los dos se dieron un abrazo y puesto que había tiempo, Eduardo la llevo a la sacristía. Allí se quitó la sotana y dejo ver su cuerpo en vaqueros y camiseta, Tamy se quedó con la boca abierta, era pecado lo que en esos momentos estaba pasando por su cabeza. Eduardo sonrío, Tamy observo el hoyuelo que se le hacía en la mejilla, un calor tremendo subía por su cuerpo. Dios mío ...que le estaba pasando. A ver preciosa, cuéntame, qué es eso tan malo que has hecho y qué te ha hecho venir a buscarme. Tamy no se centraba, entre lo sucedido la noche anterior y lo que estaba sucediendo en ese momento con su amigo Eduardo. El la vio sofocada, así que la sirvió un vaso de agua y le dijo, <<sea lo que sea, puedes contármelo>>. Tamy comenzó a contar lo sucedido con Sara, la temperatura subía y fue Eduardo el que se tuvo que servir también un vaso de agua. No sabía si beberlo o echárselo por encima. Observaba a Tamy como gesticulaba mientras contaba su noche de sexo lésbico con Sara. No podía parar de mirar aquella camisa de seda, que remarcaba aquellos suculentos pechos. Después de terminar su narración, Tamy se echó a llorar,<< no sé que siento. Ni sé que me gusta, jamás me lo había planteado, es más... ahora mismo me estoy excitando contigo >>... <<que me está pasando >>. Eduardo la abrazó y comenzó a acariciar los pechos de Tamy con su rostro. <<déjate llevar
>>,dijo él con una voz que Tamy jamás había escuchado. <<sabes que siempre me has gustado
>> Tamy podía sentir su erección, sabía que aquello no estaba bien, pero... Diosss... cómo se estaba excitando. Tamy fuera de sí, se quitó las medias y ató las manos de Eduardo por detrás. Sacó su pene de los vaqueros que estaban a punto de estallar y comenzó a lamer con voracidad. Eduardo esbozó un gemido cargado de deseo, la técnica de Tamy era buena, besaba, lamía y succionaba el glande y luego el resto del pene. Eduardo con su rodilla, frotaba el pubis de Tamy por encima de la falda que gemía de placer. Eduardo consiguió soltar sus manos, cogió a Tamy por los hombros, chupaba y mordida tanto sus labios como sus pechos de la misma forma, subió la falda de Tamy, la abrió de piernas y emitió un fuerte gemido de placer al ritmo de su investida. Los pechos de Tamy saltaban como si tuvieran muelles. Los dos estaban locos de placer. Eduardo cogió el móvil con un movimiento rápido de su mano, comenzó a tomar fotos tanto de su pene en la vagina, como del culo de Tamy. Ella apretaba los muslos para que el no saliera de allí. Se sentía viva, como nunca. Tras el orgasmo de los dos Eduardo comenzó a subirse los vaqueros, mientras Tamy se ponía las medias, <<a sido increíble>>. dijo ella, pero ...<<¿por qué tomabas fotos?>> Eduardo la miró sonriendo y le dijo,<< para que cuando tengas dudas, eches un vistazo y recuerdes lo que realmente te gusta>>.
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