La prima de mi novia (1/2)

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La prima de mi novia

 

Mi novia Alejandra vive en una zona rural fuera de la ciudad y para llegar a su casa desde la Carretera principal hay que tomar un estrecho camino en el que se encuentran unas 5 o seis casas. En mitad del camino esta la casa de Sandra, la prima de mi novia.

Sandra es una chica de 1.60 cabello negro liso tetas medianas y firmes y una cintura plana y reducida que resalta un enorme y firme culo. No puedo negar que cada que tengo la oportunidad aprovecho a disfrutar de esa visión.

Aquel día iba de camino a donde mi novia y Sandra estaba fuera así que detuve el coche fuera de su casa y bajé el vidrio para saludarla. Tenía una camisa ajustada y un par de jeans que resaltaban sus atributos.

Hablamos un poco y le comenté que iba temprano pues Alejandra me esperaba luego de las seis pero la reunión en la que estaba termino antes, en ese momento ella me ofreció entrar a tomar un refresco y menciono que no podía negarme ya que tenía tiempo.

Como dije antes, aproveché la oportunidad para tener una Buena vista de ese hermoso trasero así que acepté, entramos en su casa y me senté en la sala en un sillón grande gris mientras ella desaparecía en la cocina. A los pocos minutos regreso llevando el refresco y unas galletas y se sentó a mi lado. Hablamos un par de minutos de algo que no recuerdo y de repente ella me dijo:

Primo, ¿puedo llamarte primo cierto? Si claro – contesté yo ya somos como de la familia (y me sonreí mientras veía sus tetas) Es que me da pena, pero necesito tu opinión como hombre de algo – dijo mientras se dirigía a su habitación.

A los pocos minutos regreso vistiendo un sensual conjunto de bras y panties rojos cubierta con una camisa transparente de encaje que no dejaba nada a la imaginación de su delicioso cuerpo

Es que voy de fin de semana con mi novio y no sé si esto le gustará, ¿tú qué opinas? - dijo mientras daba la Vuelta muy lentamente moviendo sensualmente sus caderas de lado a lado. “Yo fuera ya te tendría gozando” pensé – Esta muy lindo – dije tratando de ocultar mis deseos

Ya te muestro el otro a ver cuál me aconsejas usar dijo mientras salía de nuevo rumbo a la habitación. Aproveche el momento para arreglarme el pene que se había crecido ante la hermosa visión.

Regreso vistiendo esta vez un panty blanco que solo tapaba su sexo con una minúscula pieza de tela y unos bras que a duras penas cubrían los pezones con una cruz roja. Tenía también un pequeño gorro de enfermera creo que era algo así como un disfraz de enfermera sexi.

Uy prima con ese cae cualquier hombre - dije - ¿Cualquiera? Interrogó ella mientras miraba seductoramente y me picaba un ojo.

No sabía si era una trampa pensada por mi novia o algo más así que decidí arriesgase a probar algo y dar el paso.

Cualquiera – le respondí – Mira cómo me tienes ya – dije mientras tocaba mi erecto miembro dentro del pantalón. Quiero comprobar que no estas mintiendo primo – dijo mientras se arrodillaba frente a mí y con una agilidad asombrosa extraía mi pene y lo ponía en su boca. ¿Qué haces? ¿Estás loca? – le dije - ¿Qué pensará Alejandra? Ella no está acá primo, además tenía que saborear esto que tanto dice mi prima que le gusta y la verdad estoy de acuerdo, está muy rico primo. Esto no está bien – dije yo mientras hacia el ademan de retirar su cabeza. Al contrario, está muy bien – dijo ella mientras agarraba mis manos y las dirigía a sus tetas.

En ese instante realice que si era una treta de Alejandra ya tenía como defenderme diciendo que trate de alejarla, pero si no, me dedicaría a disfrutar algo con lo que había soñado, culiarme a su prima.

Me desvestí mientras ella seguía mamando frenéticamente, y la levanté suavemente besándola y tocándola mientras la movía hacia el respaldo del sillón la senté en el amplio espaldar (tuve que levantarla un poco) pero me quedo a la altura perfecta para penetrarla.

Dirigí mi pene hacia su concha y la penetré totalmente, levanté sus piernas sobre mis hombros y empecé a darle unas buenas penetradas cambiando de ritmo y profundidad haciéndola gemir bastante.

Varios minutos después decidí que era hora de mi premio, así que la hice girar y sus piernas quedaron colgando sin tocar el piso, le abrí un poco las nalgas viendo la entrada de su ano invitándome a penetrarla, así que dirigí mi glande hacia allí, estaba bastante estrecho por lo que tuve que empujar suavemente hasta que logré introducirlo.

Con la punta adentro, le di un embate fuerte y le metí todo mi pene en el culo haciendo que mis bolas rozaran su concha, ella pego un grito fuerte y dijo:

Primo me vas a partir el culo con semejante miembro.

Eso me excitó más y empecé a darle fuertes embates mientras ella gritaba y gemía como loca. Un par de minutos después sentí un chorro deslizar por sus piernas y empezó a temblar del orgasmo tan fuerte que tuvo. Aunque yo seguía empalándola por detrás, quise darle un respiro, así que se lo saqué y la ayudé a bajar al suelo.

Me senté en el sillón y abrí mis piernas como una invitación silenciosa que ella entendió, se arrodillo de nuevo y se puso en la tarea de mamar mi pene nuevamente.

Se detuvo y mirándome me dijo:

Primo vamos a la alcoba quiero montarte más cómoda.

Lo que sucedió en la alcoba fue lo más excitante e interesante de la noche, pero eso lo contare en la segunda parte.


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