Te voy a contar una historia, es mi historia y quisiera que no te pase lo mismo.
Tenía catorce años cuando empecé a descubrir la sexualidad. Antes no me llamaba la atención pero era tranquila. Sin embargo, era adolescente y estaba entrando en un periodo donde mis padres estarían separados y el ambiente del barrio y de mis amigos no ayudaría en nada.
Recuerdo que mis amigas y yo experimentamos con alcohol y cigarrillos. Fumábamos a escondidas y no me di cuenta de la adicción que eso provoca.
Una vez, salimos con chicos y fue la primera vez que experimenté con marihuana. Empecé a fumarla, después de la escuela. Con mis “amigos”.
Una vez, en casa de un amiga, estábamos con su prima y nos enseñó Omegle yo me hice la tímida, pero me gustó ver hombres tocándose. Ese día o hice sola, en mi cuarto. Conocí a un chico que me gusto, me hablaba lindo y yo tenía ganas. Nos tocamos, nunca mostré rostro. Después nos intercambiamos correos electrónicos y después no tardamos enviarnos whatsapp y ahí comenzó mi etapa de mostrarme. Le mandaba fotos y él a mí.
Mis padres estaban muy ocupados para saber lo que yo hacía. No tardé en entrar en un grupo porno, por curiosidad. Al principio, me gustaba lo que veía y hablaba con gente. Nadie sabía que yo era mujer, pero un día me dieron ganas de enviar un video. Me grabé tocándome los pechos y lo mandé. Recuerdo que preguntaron si era yo y y dije que era una amiga. Algunos me abrieron privado, pero los bloquee directamente.
Un día les dije a mis amigas y creamos un grupo. No sé… algunas personas tardan en grabarse. Algunas lo hacen a los 20 otros a los veintipico y otros más grande. No sé dónde tenía la cabeza, pero me gustaba provocar. Me gustaba saber que se calentaban con mi cuerpo, ya que o creía tener un buen cuerpo y mis pechos pequeños eran para muchos algo lindo.
Y los videos pasaron a ser tocándome la vagina, luego metiéndome cosas. Recuerdo llegar a la escuela y encerrarme para masturbarme y me salí de ese grupo cuando hicimos el de amigas. Ahí nos tocábamos y hablábamos de chicos y de sexo.
Una vez, una amiga, invitó a su prima que quería entrar y ella trajo chicos, de la misma escuela. Un día envié video sin querer donde se veía cara y una de las personas de ahí se había enojado conmigo por una estupidez y lo compartió en otros grupos. La escuela entera se enteró. Mi madre y mi familia se enteraron. Me deprimí al punto de no querer salir, no podía ir a la escuela y no quería comer.
Solo era una chica tonta que no medía el riesgo, pero me sentía bien haciéndolo. Sufrí acoso, tanto físico como verbal y digital. Sufrí las consecuencias de mis padres, discusiones. Mi hermana se enojó conmigo a pesar que ella también le enviaba cosas hot al novio.
Perdí amistades, las que se suponía que eran amigas y algunas con las que compartía ese grupo ya no estaban.
Un día salí un rato y tuve una recaída. Me escapé a fumar pero la marihuana no hacía efecto y quise probar otra cosa. Ese día casi muero de una sobredosis de cocaína.
El tratamiento psiquiátrico fue más fuerte. Me internaron y a los 16 empecé a salir. De apoco empecé a recuperar mi vida hasta que me dieron de alta y pude, aun siendo acompañada psicólogos, recuperar mi vida. Admito que el retorno a la secundaria fue estresante. Aunque me había mudado a otra ciudad, con mi madre. Eso fue difícil ya que mi hermana se quedó con mi padre.
Esa fue mi experiencia. Un resumen porque lo mal que la pasé, y las emociones que sentía era muy muy pesado, pero quiero que midas las consecuencias. Sé que creemos controlar la adicciones y nos sentimos bien al hacer algo “prohibido” y más si la primera vez no tiene consecuencias, pero a larga, las tienen y cuanto más metida estés, más difícil será todo.
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