Terapia muy satisfactoria.

Ella sufría ataques de ansiedad, taquicardía, calor excesivo, apenas respiraba con dificultad. Le dije "tranquila, calma" y la abrazé.

Se aferró con fuerza, pegó su cuerpo al mío, su cabeza en mi pecho. Aferrada a mí, su respiración se estabilizó, igual sus latidos.

Musité a su oído "calma, sshhh, tranquila" dejó de temblar. Susurró "hace rato no me abrazan, lo extraño, lo necesito. Se siente bien". Nos besamos, acariciamos, su ansiedad se transformó en deseo.

Tuvimos sexo tierno primero, fuerte después. No ha vuelto a sufrir ataques de ansiedad y pánico. Ambos lo atribuimos al seguimiento y constancia del tratamiento.