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Sacando a mi zorra interior (parte 3)
Por Pantera negra
Enviado el 25/09/2020, clasificado en Adultos / eróticos
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Entonces él le sacó su verga empapada, dejándola con ganas de más, y volviendo al asiento con ella, la penetró de una sola embestida. Ella gritó y se agarró a sus hombros.
Él empezó un ritmo frenético. Atroz. No le daba tregua. Bombeaba sin parar. Cuanto más gritaba ella, más fuerte se la clavaba. Quería más y se lo iba a dar. Una vez. Otra. Otra. La polla salía y volvía a entrar.
Chorreaban. Se oían sus jugos cuando entraba. Cuando salía. Cuando chocaba contra ella. Empezó a moverse arriba y abajo y ella la sentía invadiéndole entera.
-Más. Más!!!!! Siiiiii. Más!!!!!
De repente paró y la giró en el asiento. Él se colocó en el asiento trasero. Tomó la cinta de cuero larga que había hecho la función de sujetador y, pasando los brazos de ella por detrás del asiento, le ató las manos allí, dejándola a 4 patas mirando hacia atrás. La había atado muy fuerte, y con varios nudos.
Ella se dio cuenta de que él estaba tomando las riendas, pero estaba extremadamente cachonda, así que renunció a su plan de ser la que mandaba y se dejó hacer. Entonces él volvió al asiento y pudo contemplar su culo en todo su esplendor. La imagen le encantó. Ese culo gordo bien abierto, depilado y con un agujero estrechito. El coño asomando por debajo mientras caían gotitas de su interior. Además, por el rabillo del ojo podía ver como en la película estaban muy dedicados al sexo anal en ese momento. Todo ayudaba.
Colocándose tras ella, volvió a penetrar su vagina, pero en 2 o 3 movimientos la sacó y, aprovechando su lubricación, la encaminó hacia el ano de ella.
Ella en ese momento dio un respingo. A eso sí que no estaba dispuesta. Era su norma. Nunca había dejado a nadie entrar ahí, así que le dijo de manera muy natural:
-No, ahí no. Lo siento. Sigue por delante.
Él no respondió verbalmente, pero lo hizo dándole un azote en el culo.
-Auuuuu - dijo ella.
Le había gustado. Pero no se percataba aún de lo que pasaba. Él volvió a poner la punta de su polla en su culo.
-No, no. Que ahí no.
Otro azote, más fuerte. Silencio.
Sin articular palabra empieza a meter la punta en su culo.
-Aaah. Sácala por favor
La vuelve a azotar. Muy fuerte. Siempre en la misma nalga. Se está poniendo roja.
Ella se da cuenta de que ya no manda. Él la ha sometido. Está atada e indefensa y va a hacer con ella lo que se le antoje. Le excita mucho, pero sabe que va a ser sodomizada. Y no quiere. Intenta soltarse pero es inútil. No puede.
Él sigue empujando. Ella grita.
-Noooo.
La azota. Otra vez. Otra. Su mano grande y firme le pega con todas sus fuerzas.
Se escuchan las palmadas y le ponen a mil. Ver ese culo totalmente rojo lo tiene loco y sigue empujando. Ya tiene media polla dentro de su culo.
Escupe para ayudar a penetrar. Lo tiene muy cerrado.
Sigue entrando.
Ella tiene la boca totalmente abierta en un gesto de dolor. Los ojos apretados. Intenta no gritar más. Tiene el culo muy dolorido de tanto castigo.
Él se acerca a su oído y le susurra:
- ¿Es esto lo que querías, putita? Esto venías a buscar, ¿verdad? ¡Pues tómalo!
Ella suelta un grito largo. Ya tiene casi la polla dentro y se siente totalmente llena. Le duele mucho. Cada vez más. Está totalmente quieta. Ofrecida.
Él termina de meterla y se queda quieto. Ella pega el culo contra él. No para meterla más adentro, sino para intentar evitar que se mueva. Cree que no podrá soportarlo.
En ese momento él pone la mano en la cabeza de ella y la presiona hacia abajo hasta que tiene la cara contra la base del asiento. Así los brazos también caen más abajo, con sus manos atadas en el otro extremo. El culo totalmente en pompa ensartado con su polla dentro de él. Mete un dedo en su vagina y la encuentra aún más mojada:
-¿Ves cómo te está gustando, zorra?
Empieza a sacar la polla lentamente. Ella gime lastimera. Él le pellizca el culo clavándole las uñas.
-Aaaaahhhhh
La azota. Se lo está pasando en grande.
Cuando la tiene casi afuera la vuelve a meter, esta vez más ligera. Ella sigue con la boca abierta al máximo concentrada en soportarlo. Aumenta el ritmo. Ella grita. Recibe un azote.
Y empieza a embestirla con fuerza. El ano ya más dilatado, pero duele mucho.
Ella aprieta los labios para no gritar. Las lágrimas ruedan por sus mejillas.
Poco a poco la sensación empieza a cambiar. Aún le arde el culo, pero empieza a sentir placer. Un punto dentro de ella quiere más. Y empieza a gemir.
- Aaaaahhh
- ¿Te gusta? -dice él.
Y ella, tímidamente al principio, pero más y más fuerte al final le responde:
-Sí. Sí. Siiiiiiii
Él acelera las embestidas. Y continúa diciendo:
-Pues pídeme más.
-Maaaás!!!! - dice ella.
-Pídeme que te folle el culo.
-Fóllame el culo.
-Suplica.
-Por favor. Fóllame el culo. Te lo suplico. Quiero más. Métemela en el culo por favoooorrrr. Sigue así. Siiiiiii.
-Pide que me corra en tu culo.
-Siiiiii. Siiiii. Córrete en mi culo. Lléname el culo de leche. Sí. Dámelaaaaa.
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