El borde, el sitio perfecto para una despedida corta.
¿Quién no ha estado alguna vez en el borde?.
Para decir adiós o, incluso, para ser despedido.
También, es el sitio perfecto para volver atrás.
Lugar de decisiones, de lágrimas nerviosas,
de risa floja, o de odios desmedidos.
Son muchos los motivos que te llevan a pisar el borde.
Aún, sin hacer méritos para ello.
Y aún así el borde es poder, donde se dice lo que en verdad piensas,
donde quedan al descubierto tus miedos o florecen tus virtudes.
¿Quién no ha estado alguna vez en el borde?
Un lugar abyecto para muchos y reverenciado por unos pocos.
El borde es luz, deslumbrante razón que te abre los ojos.
Quien te lleve al borde para dejarte caer, seguramente nunca te ha querido.
No es lugar de espera, el tiempo preciso para decidir si o no.
Se abre ante ti en cualquier momento, y aunque pises tierra firme,
el batacazo es enorme, doloroso, repulsivo, absurdo. Pero real
El borde es la última frontera que conoceremos nunca.
Así que evitadlo, si podéis evitar el borde.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales