Sara y la tarea de desarrollo humano

Su perfume es de frambuesa con vainilla, pero huele más a lo último, aunque ella diga lo contrario. Tiene malos recuerdos con la esencia de vainilla que probó de niña por curiosidad; aquel frasco desprendía un delicioso aroma, pero su sabor era pésimo. A veces piensa que, por oler a vainilla, su interior es malo.

Pero, ¿qué se esconde detrás de esas pronunciadas ojeras? ¿Qué hay detrás de esa sonrisa triste que le brinda al mundo?

Aventurarse puede ser tan maravilloso como fatal, pero no una pérdida de tiempo. Sara es fuerte, Sara es capaz, es creativa, es elocuente, excelente escritora, maravillosa, buena oyente, una devota amante, una voz única, una soñadora, tiene mejillas más grandes que sus aspiraciones, es valiente, sagaz, curiosa, sutil, directa; pero también es exagerada, fatalista, se odia a veces, quiere llevar el mando siempre, llora mucho, culpa a todos y se siente perdida, pero bien sabe dónde está.

Sus mil y un trastornos mentales no la definen, ella lucha todos los días para hacerse amiga de lo que padece, pues sabe que la batalla desde hace tiempo la perdió. Sara es lo que es, una persona más en el mundo con personalidad emocionalmente inestable, muchas veces con ganas de morirse, pero sigue en el camino porque sabe que no está destinada al sufrimiento eterno y, aunque así lo fuera, no hay nada con lo que ella no pueda.

Sara siente que se equivoca más de lo que acierta, pero sabe que la vida no se detiene por el ayer y que el mañana viene más rápido de lo que parece. Sara puede no decirlo abiertamente, pero ama estar viva, sentir cada emoción tan fuerte como sus instintos lo demandan, ver cada día el sol ir y venir… Sara ama ser ella misma.