Uno, dos, tres.

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Ana se quedó en la pista. La gente se movía sumergida en la música electrónica. Miró los alrededores y bebiendo un trago siguió bailando. Un desconocido se le acerco. Al parecer atrajo la atención de Ana. Mientras danzaban se miraron mutuamente. La mujer con suaves movimientos dejo que él hombre se acerque. Él la tomo con sus brazos. Bailaron. Desde la barra Juan observó toda la situación.

Fui a la barra a buscar más bebida, la gente bailaba tranquila. El ritmo me iba llevando. Ana se había quedado bailando sola en la pista. Estaba media entonada. A mí me gustaba cuando se ponía así. Se animaba a más. Cuando Salí para encarar la pista la vi bailando con un desconocido. La había tomado con sus brazos. Ella me miró un rato. Me hizo un gesto. El tipo era fachero. Por un momento no supe bien qué hacer. Me quede mirando

Ana quedó en la pista. Vio una marea picada que movía los cuerpos. Los balanceaba en la textura de los sonidos.  Groove. Tomó otro sorbo. Cerró los ojos. Calor. Su cuello. Danza. El desconocido la miraba. Le gustaba. Siguió el río. Desde el baile sombras y destellos, él empezó. Sigilo. Ana siguió. Sintió las vibraciones del ritmo experimentando sus caderas. Ambicionando el abdomen. Rozando su nuca. Dejándole el desconocido a su lado. Sintió brazos junto al capricho del cuerpo. Dejó continuar el alcohol. El movimiento. Y El juego.  Y vio a Juan, y un trago en su mano. Y La miraba desde la barra. Jugó con sus ojos;  Jugó con él; Acepto su complicidad; Y siguió bailando.

Ser.

 

 


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