Estaba acomodando sus cosas en el cuarto Norma, pues acababa de rentar una casa antigua, de esas hechas durante siglos con paredes de adobe, la consiguió a muy buen precio, a pesar de estar bien ubicada y tener buen tamaño. Al ir desempacando sus platos, que estaban muy bien envueltos con periódicos, le llamó la atención que estaban los horóscopos, y como que no quiere la cosa buscó su signo zodiacal, que le decía que recibiría una agradable sorpresa, pensó será que Max, su esposo, le conectaría la lavadora para poder lavar esa tarde.
Estaba ella sola y comenzó a escuchar ruidos en la habitación donde iban a dormir, a pesar de que estaba ella sola, se quedó bien quieta para asegurarse de que el ruido se volviera a escuchar, después de unos segundos se oyó un ruido como si se cayera una olla de peltre, ella gritó y tomó un cuchillo para ir a ver de dónde venía el ruido. Estuvo buscando que se había caído pero no encontró nada, se quedó meditando por qué le habían rentado tan barata la casa antigua, pensó capaz hay fantasmas, me voy a poner a rezar para que se tranquilicen. Le vino a la mente lo que había leído en el horóscopo, dijo será esa la sorpresa, pero no, esta no es una sorpresa agradable.
Como a las 8 pm, que ya estaba oscureciendo, llegó a la casa su esposo Max, se saludaron y él le dijo que había tenido un día pesadísimo, que el jefe había querido que checaran todos los expedientes de los clientes y había sido una friega mayúscula. Ella lo veía con los ojos muy abiertos y hablaba en voz baja, ¿que crees que me pasó? ¿Que te pasó?: pues que en la tarde estaba desempacando las cosas de la cocina y oí un ruido que venía de la recamara, en donde nos vamos a dormir, me quedé quieta, y que se oye otra vez un ruido como que se caía algo, él con cara de incredulidad le dijo no empieces, tenemos dos días aquí y nos costó mucho trabajo y dinero cambiarnos como para que digas que aquí asustan, se dio la media vuelta y se fue al cuarto a poner ropa cómoda.
Cuando estaba moviendo las cajas en donde había empacado su ropa, salió una muñeca de su esposa, pensó para qué tiene todavía esa fea muñeca, la hizo a un lado y saco su ropa, se cambió y vio el espejo que estaba todavía recargado en el piso, se le ocurrió ir por la herramienta para colgarlo de una vez en la pared, salió del cuarto y la puerta se cerró detrás de él, le dio curiosidad y se regresó para checar porqué la puerta se había cerrado tan fuerte, ver si había sido el aire, pero no estaba la ventana cerrada, no le dio importancia y se fue a la lavandería a buscar las herramientas, se topó con su esposa, le contó lo de la puerta y ella le dijo ya ves que no me estoy volviendo loca. Max tomó el martillo y 2 clavos grandes y se fue a instalar el espejo. La esposa se fue atrás de él, y en el trayecto al cuarto le pidió que le instalara la lavadora, él se negó, le dijo que venía muy cansado que no quería hacer eso. Empezó a colocar el espejo y se dio cuenta que las paredes estaban como huecas, los clavos no se sujetaban bien, le comento a su esposa que le daba temor poner el espejo en esos clavos porque se podía caer, en eso vio la muñeca y le preguntó a Norma ¿para que tienes todavía esa muñeca fea?, ella la abrazó y le dijo que ella la quería mucho, que no se iba a deshacer de ella nunca, que era un regalo de su tía Carlota. Él fue a dejar la herramienta y Norma nuevamente le dijo que necesitaba la lavadora, que se la instalara, él le dijo que no, deletreando la palabra.
Ella se fue enojada al cuarto cuando se oyó un ruido fuerte otra vez que venia del cuarto, los dos se quedaron como estatuas, viéndose a los ojos, ella le preguntó ¿oiste?, él le dijo si, volvió a tomar el martillo y fueron a ver que era, se acercaron paso a paso, cuando ven que la pared en donde había clavado se había desmoronado, y se podía ver los huesos de un esqueleto humano, salieron corriendo, en la cocina se detuvieron y se abrazaron, Max en voz baja le pregunto: ¿viste lo que era? Ella le dijo si, era un esqueleto y qué mala suerte que uno de los clavos se lo pusiste en la mera frente, se veía tétrico. Le preguntó el a ella, ¿que vamos a hacer con el esqueleto? si hablamos con el dueño de la casa, nos podemos meter en problemas, hay que desenterrarlo e irlo a tirar a un lugar lejano, ella le dice pero si nos ven con los huesos humanos nos pueden meter a la cárcel, mejor vamos a taparlo otra vez. Max le dice vamos a verlo de nuevo, caminaron paso a paso cuando vieron que el esqueleto tenía algo entre las costillas, algo como un caso de acero, él con el martillo le dio un toquecito y que se volta el caso de acero, estaba lleno de monedas de oro, ellos brincaban de felicidad, luego de un momento, se sentaron en el piso, Max le dice con este dinero podemos comprar la casa, capaz hay más tesoros enterados en las paredes, Norma le dice no, no mejor nos vamos a otro lado al cabo todavía no acabo desempacar. En eso ella le dice que le va hablar a su mamá para que nos diga que hacer, Max la detiene le dice esto no lo debe de saber nadie, pero si es mi mamá, nadie te digo. Salieron del cuarto para ir a la mesa para contar las monedas cuando empieza un temblor, salen disparados a la calle con su olla de acero y en eso se cae la casa por completo, ellos se dieron la media vuelta para ver como quedó la casa hecha ruinas y se fueron a pedir ayuda solo con la ropa que llevan puesta, la olla y la muñeca. En el camino, ella le cuenta que había leído un horóscopo en la mañana en donde le decía que iba a recibir una agradable sorpresa. Él le dijo pues recibiste 3 sorpresotas, el esqueleto, las monedas y el temblor, ella tomó la muñeca con los dos brazos y en eso a la muñeca se le mueven los ojos muy raro… como si tuviera vida propia, siguieron platicando para planear que iban a hacer con las monedas y buscar ayuda en su carrito viejito. Ojala que las monedas no les trajeran más desagracias, se queda pensativo Max.
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