¿A qué tienes miedo?

Todos decían que era un cobarde por no haber querido aventurarse con ellos aquella noche al viejo caserón. Recordaba perfectamente qué había sucedido: Desde hacía ya un tiempo, en las afueras de su pequeña ciudad, había un pequeño edificio abandonado. Se decía que aquellos que lo habitaron años atrás, murieron en extrañas circunstancias, y nunca se llegó a averiguar la causa exacta de su muerte, a pesar de las múltiples autopsias que se realizaron a los cadáveres de aquella pareja de ancianos. En la actualidad, se había convertido en un pequeño refugio para personas drogadictas, alcohólicas o vagabundos que deseaban pasar la noche bajo un techo. Ese viernes, al salir del instituto, todo el grupo de amigos propuso ir al caserón aquella misma noche, y poder comprobar así qué era lo que había allí dentro realmente. Pero Diego, no fue. Quiza su miedo a las leyendas urbanas pudo con él, debía reconocerlo. Así que, aquella noche, meses después de la propuesta de sus amigos, decidió coger su pequeña cámara de vídeo y aventurarse solo. Al salir de casa, se grabó a sí mismo relatando qué era lo que iba a hacer exactamente: Entraría al caserón, grabaría sus interiores, y saldría de allí. No quería hacer nada más. Después podría enseñar a sus amigos ese vídeo como muestra de valentía para que aquellas burlas que tanto le molestaban se acabasen. Y así lo hizo. Abrió la puerta del caserón y pulsó el botón "REC" en su cámara. Comenzó a caminar por uno de los largos pasillos mientras enfocaba a uno y otro lado. Y empezaron los pasos. Era como si alguien corriese y gritase al mismo tiempo. Diego se giró, pero no logró ver a nadie. Se tranquilizó pensando que todo era fruto de su imaginación. Decidió entrar en una pequeña estancia, mientras grababa unos grafittis que había en una pared. Y los gritos volvieron, la puerta se cerró y Diego fue presa del pánico. Comenzó a gritar, a golpear la puerta. No sabía qué hacer. Estaba encerrado.
Su cuerpo fue encontrado meses después, con las uñas completamente desgastadas en sus vanos intentos de  abrir la puerta. La cámara de vídeo fue analizada, pero lo único que se encontró fueron vídeos de meses antes del suceso, cuando el joven adolescente aún seguía vivo. No había ni rastro de lo ocurrido aquella noche.