Los apuntes
Por Jesús de Juana
Enviado el 13/11/2020, clasificado en Adultos / eróticos
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Llegué al portal de su casa y llamé al telefonillo. Oí abrirse el pestillo de la puerta del portal al tiempo que su voz diciéndome que subiera y que dejaba la puerta abierta. Había quedado en pasarme por su casa para que me prestara unos apuntes de biología de una clase a la que no había podido asistir.
Cuando llegué al rellano de su piso vi la puerta entornada y entré al tiempo que me decía que estaba en el salón. Entré y estaba desnuda sentada en un sillón con las piernas abiertas y separándose los labios del coño con los dedos. Sin decirme nada miró alternativamente a mis ojos y a su sexo. Era evidente lo que quería.
Me puse de rodillas delante del sillón y le olí el sexo. Se lo acababa de lavar porque olía a gel de baño y me animé a besarlo. Se mojó enseguida y le brillaba por la humedad. Lo besé de nuevo pasando la lengua y comprobé lo bien que sabía mientras le presionaba el clítoris con la nariz.
Bajé un poco la lengua y me topé con las estrías del anillo trasero que confluían hacia el centro y presioné con la lengua. Empezó a moverse y me animé a meterla un poco. La humedad del coño se convirtió en un hilillo viscoso y transparente que se deslizaba hacia mi lengua. La saqué y dejé que llegara hasta el centro ya un poco dilatado para que hiciera de lubricante. Ahora sí que le entró sin dificultad. Se la metí todo lo que pude y empecé a moverla. Con las manos apretándome la cabeza contra su culo se corrió.
El hilillo se había convertido en manantial y decidí chuparlo trasladando la lengua al sexo. Cuando me empecé a cansar le di dos lengüetazos en el clítoris y se corrió otra vez.
Me limpié la cara de sus humores sobre su tripa y me incorporé. Cogí los apuntes que estaban sobre la mesa del salón y agitándolos le di las gracias. Me despedí y me fui a casa a estudiar.
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