SOLO EN SIETE MINUTOS

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María no tenía tiempo para mucho, en cuestión de 10 minutos empezaba en clase on line, pero estaba "juguetona" y sabía que Lucas, su vecino de arriba, acababa de llegar. No era la primera vez que se quedaba atenta a la ventana de su estudio para verlo entrar al garaje de la comunidad y tener un encuentro “accidental” con él.

– «No subas, bajo ya». – Le escribió por whatsapp

Al encontrarse, ambos sabían a lo que iban… no era la primera vez que se encontraban allí.

María se acercó insinuante, llevando algo en la mano y justo cuando estaba a su lado, la abrió y le enseñó sus pequeñas bragas de encaje negro.

– Te he facilitado el trabajo. Me las quité en el ascensor porque tenemos muy poco tiempo. – le susurró al tiempo que le rodeó con sus brazos el cuello y comenzó a besarlo con premura.

Sus caderas se rozaban de deseo y la durez de Lucas ya era más que visible. Tenían una conexión sexual increíble, solamente con besarse, se despertaban ciertos instintos que con otras personas no ocurría.

Lucas no paraba de manosearle las nalgas, al tiempo que con el movimiento le subía el vestido negro que llevaba, cuando sus dedos lograron tocar la piel de sus nalgas, ya solo quería penetrarla y hacerla suya… la situación ya se estaba poniendo muy muy tensa, así que se “medio escondieron” tras una columna que había justo pegada al coche de él…

Lucas sabía muy bien cómo prepararla. A ella le encantaba sentir su polla dura en sus nalgas y que al tiempo jugara con su coñito y sus pechos… y así lo hizo. La giró y apoyó la espalda de María contra su pecho y con una mano comenzó a manosear su clítoris. Estaba húmeda y notaba como con solo tocarlo, éste se hinchaba ligeramente y sobresalía un poco más de lo habitual. Con la otra mano, le sacó un pecho y se lo manoseaba y apretaba el pezón llegando a casi a que sintiera dolor… eso la volvía loca… le encantaba tenerla a su merced, jadeante, entregándose a sus caricias, arqueada de placer, buscando con su boca su cuello y sus labios para besarlo, morderlo…

María estaba muy húmeda, quería tenerlo dentro… pero primero quería hacerle un pequeño regalito. Así que le desabrochó los pantalones y se arrodilló delante de él… y de un solo golpe se la introdujo toda en la boca… estaba dura, muy dura… la deseaba… comenzó a chupársela, de arriba abajo… pero quería que estuviera más lubricada, así que María se pasó la mano por su coño empapado y se la humedeció… ahora sí, ahora la polla de Lucas estaba jugosa y era un manjar...

Mmmm, el olor de sus fluidos mezclados con la saliva… la volvían loca. Le encantaba jugar con sus testículos, redondos y rasurados… su lengua jugaba con ellos, lamiéndolos e introduciéndolos en su boca mientras con su mano tocaba su jugoso miembro.

Ambos extasiados sabían que ya había llegado el momento. María se levantó y se apoyó en la columna, colocó un pie sobre la rueda delantera del coche y expuesta para Lucas… le dijo: – ya estoy preparada, te quiero todo dentro. Te quiero salvaje...aaahhh!!

No había terminado de hablar y Lucas ya la tenía toda dentro, esa primera estocada los había llevado a los dos al cielo

Sus movimientos eran rápidos, salvajes… María agarrada a su cuerpo no dejaba de jadear, le encantaba esa dureza, ese sexo clandestino con el vecino de arriba… el morbo de estar en el garaje de la comunidad y que un vecino pudiera llegar, saber que era un “aquí te pillo, aquí te mato” la excitaba y la hacía sentir una “chica mala”

Sus tetas no dejaban de subir y bajar, el roce de los pezones contra su pecho la excitaba más aún… pero quería más profundidad y esa postura no se la daba… así que le dijo a Lucas que parara y apoyándose sobre el lateral del capó del coche, le puso su culito en pompa, abrió sus piernas y le dijo a Lucas… la quiero toda, de una vez…

Lucas la embestía una y otra vez, sujetándola por la cadera y marcando el ritmo… el culo de María lo volvía loco y tenerla así para él lo excitaba de tal manera que le costaba no correrse desde el segundo uno…

Pronto, las embestidas fueron cada vez más excitantes, notaba como el placer se apoderaba de su entrepierna, los jadeos de ella cada vez más sonoros. Sabía que ella se estaba tocando su propio clítoris, mientras él la penetraba, buscando el placer absoluto… Sus gemidos aumentaban su descontrol, ya no podría más... 

– Aaahhh, si, sí… aahhhggg – buff, se había corrido dentro de ella. Había llegado al orgasmo y había sido brutal. Su miembro palpitaba dentro de ella, casi dolorido de tanto placer…

Las piernas le temblaban, su vecina era una bomba sexual entre sus manos. Tenían una conexión brutal… además, sabían que ahí no solo había sexo. Pero no lo querían reconocer.

María, tomó las bragas y se limpió la corrida de Lucas que ya comenzaba a bajar por sus muslos. Tomó unas pequeñas gotitas en su dedo corazón y se lo llevó a la boca mirando a Lucas a los ojos, susurrándole – Delicioso, como siempre –

Finalmente, se bajó el vestido, le dio un pequeño, pero sensual beso mordiendo su lado inferior a Lucas y se giró sobre sus tacones alejándose hacia el ascensor.

– Hasta la próxima – dijeron los dos a la vez.


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