Denunciar relato
Nunca más tus labios
aromaran mi boca.
Ni será mi dolor en tu vida acogido.
Mis brazos jamás meceran tu cuerpo
Ni mi intimidad será la tuya otra vez.
Se que ni siquiera te volveré a ver.
Pero cada catorce de febrero
arrojare una moneda
en esa la fuente de los amantes.
Y diré por nosotros
las palabras mágicas que me enseñaras...
un día una noche y un día.
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