Denunciar relato
Carroña
para las devoradoras fauces
de la nada.
Estiércol
que hiede
vida putrida hirviente.
Maldita maldición
de los cien mil males maléficos
No me dejes en paz...
Asesiname otra vez!
Que te dejaré gravida
de lo que será tu alimento sepulcral.
Madre hija y esposa del mismo
Crucificado!
Que todo tiempo tiene su muerte
y vuelve a comenzar.
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