Puede que el amor
no sea garantizable,
puede que no lo solucione todo,
puede que no de un futuro estable
ni los honores altivos
a los que creemos tener derecho.
Puede que sea y no sea al mismo tiempo
y que ahonde en trasiegos extraños.
Nos llenará de alegría,
ese amor,
si viene,
y de dudas,
si se marcha.
No habrá equilibrio teórico,
y puede que tampoco práctico.
Nos olvidaremos y recordaremos
por igual en su trance,
en su ausencia,
en las reglas y reflejos
de sus intimidades y pretensiones.
El amor no nos dará todo,
pero se acercará al ideal
si lo tratamos bien,
si le damos sombra y sol,
y cobijo, y sueños para viajar.
Ciertamente nos alentaremos con él
y seguiremos la estela más propicia
incluso en los errores que nos rodeen.
Como premisa,
hemos de tocar sus páginas
con tentativas y faltas,
con dones y brindis más o menos relevantes.
Si lo calculamos,
el amor será sin paridad.
Nos poseeremos con él.
No lo abandonemos.
Nos hallaremos a través de sus rondas
y nos emplazaremos a virtudes
y lealtades con pronósticos reservados
mas con provechos ciertos.
Somos conscientes
tras muchos recorridos
que con amor todo será,
como la vida misma,
o no será.
Pende de nosotros mismos.
Juan Tomás Frutos.
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