Estoy mirando mis cuadros, se que hay más, se que más estarán por venir, y se también, que estoy donde tengo que estar. He aprendido a quererme, a priorizarme.
Estoy delante de los cuadros, y el tiempo se detiene, me miro, me veo, y me reconozco que siempre he hecho lo que creía que era mejor, sobretodo para otros. Y aun que ha estado genial, siempre he sido generosa y he querido cuidar al resto. Lo que quiero hacer ahora es priorizarme. Lo que quiero hacer es elegir por mi, sabiendo que cuanto más tengo, más puedo dar, y eso es lo que quiero.
Vuelvo a mirar los cuadros, con mi ojo del corazón, llena de compasión y de cariño. Y me recuerdo que yo soy, y eso es todo lo que importa. El camino es parte de mi, mi camino es parte de quien soy. Yo elijo, como he elegido siempre. Cuanto más consciente, mejor, porque más yo misma puedo ser y soy.
Vuelvo a mirar los cuadros y veo como desprendo amor, como me merezco ser amada, como yo elijo amarme y como es el momento de hacerlo de forma consciente.
Miro a los cuadros, esta vez siendo la observadora, esta vez, me veo a mi mirando a los cuadros y como naturalmente me lleno de energía y como ellos se llenan de energía que nutre a todos.
Miro la escena y pienso que los cuadros son mis almacenes de energía, suspiro y sonrío. Estoy donde tengo que estar.
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