Denunciar relato
Con la madurez pierdes pasión y ganas serenidad.
Pierdes testosterona y ganas tranquilidad.
Pierdes inmediatez y ganas en perspectiva.
Pierdes dilución y ganas poso.
Pierdes fuerza física y ganas energía mental.
Pierdes atrevimiento y ganas precaución.
Pierdes amigos, pero te haces al conocerte mejor, más amigo tuyo.
Pierdes inocencia y ganas en confianza.
En definitiva, somos seres imperfectos, y hay que resignarse a lo que se deja de tener porque se transforma en otras sensaciones, ni peores ni mejores, sino... Diferentes.
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