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Tardes de verano, tardes de calor
los deseos se disparan y desatan la pasión
Nuestro cuerpo nos piden sexo a mogollón.
Y yo, sólo deseo introducir mi sexo en tu interior,
devorar tus firmes pechos, acariciar tus suaves muslos,
morder tus ricos labios y saborear tu húmedo sexo.
Horas pasaría dándote toda mi pasión
sin dejar de darte sexo y sin ninguna compasión
azotar tu culote, pellizcar tus pezones
e introducir con brusquedad mi miembro en tu oscuridad.
Sentir cómo hace tope en tu interior,
y mientras gimes, llegas al orgasmo, una y otra vez.
Y volver a repetir.
Por: David G.G.
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