PATIO DE VECINOS parte 1

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PATIO DE VECINOS

 

 

Al vecino de al lado: Hola Pablo, ¿como estas?

Muy bien Ernesto y ¿tu como vas?

Pues fastidiado con la próstata

Vaya, lo siento.

A propósito Pablo, ¿desde cuándo tenéis un sordo en casa?

¿Un sordo? Que va, todos oímos perfectamente. ¿Por qué lo preguntas?

Porque como ponéis la tele a un volumen tan alto, me imaginaba lo del sordo.

 

Al vecino del otro lado: Hola Francisco, ¿cómo te va?

Pues no nos podemos quejar Ernesto, tal y como están las cosas

Me alegro de veras; a propósito ¿tenéis algún familiar con colitis ulcerosa en casa?

Ni eso, ni nada parecido; estamos todos divinamente y toco madera. ¿Por qué lo preguntas?

Porque como vaciáis la cisterna cada dos minutos, pensaba lo del enfermo.

 

Al vecino de enfrente: Hola Manolo, ¿cómo va eso?

Pues de mal en peor, con esta crisis que nos ha pillado por el cuello y tú ¿qué tal Ernesto?

Jorobado con la próstata

En serio que lo lamento

A propósito Manolo, ¿no vivirá con vosotros un maño?

¿Un maño?, ni siquiera un  andaluz, que la última habitación que alquilé fue a uno de Tomelloso.

¿Por qué me lo preguntas?

Por nada especial, es que como todo el santo día alguien canta jotas en vuestro piso.

 

Al vecino de arriba: Hola Justino, me imagino que sales a tomar un poco el sol en el parque.

Acertaste en pleno Ernesto, allá que voy con ganas de pasear con el día tan bueno que hace

A propósito Justino, ¿es qué os ha invadido una plaga de cucarachas?

Cucarachas, ni las olemos, ¿por qué me lo preguntas?

Porque pensé que las matabais a garrotazos.

 

Al vecino del piso principal: Hola Gustavo, ¿qué tal van las cosas?

Pues con la artritis que me está matando y tu Ernesto, ¿sigues con lo de la próstata?

Cada día lo llevo peor, pero no encuentro remedio que me alivie

Estamos los dos hechos unos zorros

A propósito Gustavo, ¿tienes acaso un CD grabado en tu mesita de noche?

¿Un CD? no que yo sepa; aparte de que no escucho música en la cama. ¿Por qué lo preguntas?

Por nada, era por saber de donde provenían esos orgasmos y eyaculaciones a grito pelado, que se escuchan todas las noches.

 

A la vecina de arriba: Hola Begoña, ¿cómo te encuentras?

Con un catarro de aquí te espero, pero por lo demás resistiendo, que no lo pueden decir todos. ¿Y tu como lo llevas Ernesto?

Con mis dolores de próstata, ya sabes, pero al mal tiempo buena cara como dice el refrán

Es lo que yo digo, si estás mal y te hundes, ya no hay quien te saque del pozo

Así es Begoña, tienes toda la razón. A propósito ¿has notado lo poco soleados que son estos pisos?

Pues no lo había notado, al revés, el mío es muy soleado. ¿En qué te basas para decir eso?

No sé, ahora que lo pienso, quizás sea debido a que  como las sábanas de tu colada tapan todas mis ventanas, tal vez los rayos del sol no pueden penetrar en mi vivienda.

 

Al vecino contiguo al cuarto de baño: Hola Felipe, ¿cómo te trata la vida?

Voy resistiendo, aunque renqueante, ¿y tu como estás Ernesto?

Con lo de mi próstata, ya sabes, siempre hecho polvo

La vida es dura, cuanto más dura

Eso es muy cierto Felipe. A propósito ¿tu ibas para tenor, no es así?

La verdad es que no se me había ocurrido nunca. Yo con la contabilidad ya tengo bastante, pero ¿por qué me lo preguntas?

Por nada en especial, en realidad es por las Arias que cantas en la ducha todas las mañanas.

 

Al portero de la finca: Buenos días Ambrosio, ¿qué novedades hay hoy?

Ninguna a reseñar, D. Ernesto, para eso estoy yo aquí, para que estén Vds. tranquilos

A propósito Ambrosio, ¿ha tenido  Vd. pérdidas en la vista últimamente?

Para nada, D. Ernesto, la última revisión me salió muy beneficiosa, ¿por qué me lo pregunta?

Pues era para saber la razón por lo que llaman a la puerta de mi piso hasta los testigos de Jehová.

 

A la vecina del tercero (que está buenísima y no puede ver completa cuando se ducha): Buenos días Carolina, que guapa estás hoy, aunque la verdad sea dicha lo estás siempre.

Que amable es Vd. Ernesto, esas palabras son las que le alegran a una el día.

Sabes Carolina que he hecho obra en el baño, poniendo una ventana mucho más grande y que el cambio es espectacular. Ahora es tan luminoso que ni falta hace encender las luces, durante el día, aparte de que decorativamente mejora una barbaridad. Pasa cuando quieras a verlo y te convencerás de que vale la pena hacerlo. Además te puedo recomendar al que me lo hizo, que es amigo y te lo haría a un precio inmejorable y lo tendrías acabado en dos días solamente.

La verdad es que me gusta lo que me dice Ernesto, le aseguro que pasaré a verlo esta semana.

 No te arrepentirás, Carolina, te lo aseguro.

 

Al vecino del tercero derecha: Buenos días Agustín, ¿cómo marcha todo?

Está la cosa un poco chunga y ahora mismo estoy en paro, como dos de mis hijos

De verdad que lo lamento, esta crisis va camino de acabar con todo

Ni que lo digas, ahora mismo sobrevivimos porque mis cuñados nos ayudan, que si no.....

Bueno, al menos no estáis desamparados, lo cual ya es mucho .A  propósito Agustín, ya sé que en tu casa sois forofos del Real Madrid de toda la vida, pero también que eres una persona formal y educada, por eso me gustaría que me aclarases una cuestión.

Si está en mi mano, con mucho gusto.

Se trata de unos vecinos desconocidos que cuando marca un gol el Madrid, organizan tal estruendo que parece que se viene abajo el edificio; ¿podrías tu identificarlos?, lo digo para llevar el asunto a la próxima junta de la comunidad.

No tengo ni idea, la verdad es que no me había dado cuenta, pero a partir de ahora estaré pendiente y te informaré si logro saber quiénes son.

Muchas gracias Agustín, estoy seguro de que lo harás.

 

A la asistenta: Buenos días Anita, ¿qué tal se encuentra hoy?

Con mis achaques de siempre Don Ernesto, pero sigo en la brega, día tras día.

Me parece muy bien que tenga el ánimo intacto.

Y Vd. que lo diga Don Ernesto, eso es lo único que no me falta.

A propósito Anita, me pregunto si padece vd.de vértigo.

¿De vértigo?, para nada, todos los años subo al campanario de mi pueblo a ver a la cigüeña y me asomo desde el balconcillo sin ningún miedo. ¿Por qué razón me lo pregunta Don Ernesto?

Pues porque encima de los armarios y los muebles altos hay una capa de polvo como de 3 cms de grosor.

Al vecino de arriba: Buenos días Luciano, ¿qué vas a correr un rato?

Efectivamente, todos los días, si no llueve, salgo como una hora a trotar por el parque.

¿Tendrás las piernas de acero, no?

Bueno, también voy al gimnasio por las tardes, así que me encuentro realmente en forma.

Dime Luciano, ¿te gusta mucho la decoración?

Lo normal, ni me gusta ni me disgusta, con que las cosas encajen me doy por satisfecho.

¿Y cómo cuánto tardas en encajarlas?

No sé a qué te refieres, exactamente.

Me refiero a si ya has terminado de encajar la decoración de tu piso.

Hace ya tiempo que acabé con eso, ¿por qué me lo preguntas?

Pues porque no pasa una semana sin que se oiga un traslado completo de muebles, por encima de nuestras cabezas y el repiqueteo constante con las sillas  arrastrándose es atronador.

 

A la vecina del tercero izquierda: Buenos días Luisa, ¿qué tal tus chiquillos?

La mar de bien, me comen como leones y me duermen como lirones.

Eso está muy requetebién, que te crezcan sanos y fuertes.

De eso estoy pendiente a todas horas, hasta que me acuesto y duermo cinco horas, como máximo.

A propósito, me da a  mí la sensación de que debes ser muy aficionada a los perfumes, ¿no es así?

Para que te voy a mentir me chiflan desde que era una niña, ¿cómo lo has adivinado?

Porque veo que sacas la bolsa de basura tres horas antes de lo establecido por la comunidad de propietarios.

 

A la asistenta: Buenos día  Anita, ¿cómo van esos ánimos esta mañana?

Un poco aplastados, porque a mi hijo mayor lo han detenido por tráfico de  cocaína y le pillaron con las manos en el masa.

¡Jesús!, cuánto lo siento; espero que no vaya a la cárcel y  salga pronto  en libertad.

Y a todo esto se suma que mi tía Paulina se está muriendo en el pueblo y tendré que irme esta tarde para allá, pues es la más anciana, viva, de la familia de mi madre y además es mi madrina.

Ya veo que se le amontonan las desgracias, pero sobre todo no pierda el ánimo.

Es lo que me digo yo, Don Ernesto y sobre todo le rezo mucho a san Pascual Bailón.

Qué santo más curioso, pero si le resulta eficaz.......

No lo sabe Vd. bien, para mí es como un padre, con lo que me gustaba a mí bailar el agarrao de joven en el pueblo y el Santo siempre protegiéndome.

Bueno Anita, aunque no está Vd. al 100%, quiero que me eche una mano, porque creo que tengo un muerto descompuesto debajo de mi cama.

Ahora mismo voy para allá, pero que raro que no haya notado nada cuando he limpiado su cuarto.

Opino lo mismo que Vd. Anita, pero estoy seguro de que allí hay un muerto.

¿Lo ha visto Vd. Don Ernesto?

Como ya sabe que no me puedo agachar no lo he visto directamente, pero lo intuyo.

¿En que se basa Vd. Don Ernesto?

Pues en el polvo que produce el cuerpo al descomponerse.

¿Polvo dice, Don Ernesto? , si yo paso la aspiradora todas las semanas.

Tal vez sea como Vd. dice, pero la verdad es que en este caso se aplica y explica perfectamente la ancestral advertencia cristiana que dice:”Polvuseris et  in polvusreverteris”.

 

Al vecino de arriba (que es culturista): Hola Nicasio, ¿cómo van esos músculos?

A pleno rendimiento; mañana tengo concurso en San Sebastián

Te deseo mucha suerte

Te lo agradezco, pero confío más en mis posibilidades que en la suerte.

A propósito Nicasio, ¿tú has estudiado resistencia de materiales?

La única resistencia que he estudiado es la de mis bíceps.

Me lo imaginaba, porque si no, no había otra explicación.

¿A qué te refieres?

Al suelo de tu piso y de paso al techo del mío.

¿Qué les pasa a mi suelo y a tu techo?

Pues que cuando dejas caer las pesas esas de 150 kilos con las que te entrenas, me imagino que van a atravesar el suelo y se van a estampar contra nuestras cabezas.

 

A la vecina de abajo: Hola Margarita, ¿qué tal va todo?

Pues aquí en la lucha, Ernesto. Y tú ¿cómo sigues de lo tuyo?

Aguantando mecha y mirando hacia adelante.

Eso es lo importante, seguir batallando, que si se da uno por vencido se le lleva la corriente.

Así es Margarita; a propósito ¿en tu casa hacéis la dieta mediterránea?

Por supuesto que sí. Ante todo la salud. ¿Por qué lo preguntas?

Por nada en especial, era porque yo tenía entendido que el aceite de freír hay que cambiarlo al menos una vez cada quince días.

 

Al vecino de al lado (que padece de tos convulsiva permanente): Hola Jacinto, ¿cómo va esa salud?

Pues ya te lo puedes imaginar, de mal en peor,

Me lo imagino perfectamente Jacinto, ¿visitas al neumólogo con frecuencia?

Que va, ya ni voy, porque a decir verdad, eso era un sacacuartos.


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