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El placer no es sinónimo, por si solo, de felicidad. Es consecuencia de un "grado" más alto. El placer no puede utilizarse como desahogo, o como una válvula de escape. Debe ser una derivada de tu bienestar y de estar satisfecho contigo mismo; eso hace como filtro en contra de placeres nocivos que se camuflan y disfrazan de "felicidad"... Llevándonos a equívocos y a optar por creer que la libertad en busca de la felicidad no requiere esfuerzos ni consecuencias.
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