Denunciar relato
Cada noche suplico al diablo que me convierta en viento, que me disuelva entre sus dedos y me deje volar hasta tu cuello sin que me veas. Sueño con despertar una mañana jugando en remolinos con tu pelo, acariciar tu cara una y otra vez, rozando apenas tu piel, escondiéndome entre los pliegues de tu ropa. Pero una y otra vez despierto en mi pesado cuerpo, anodino y oscuro, y una y otra vez vivo en la pesadilla de saber que, de nuevo, el viento es otro.
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