(in)Condicional

Podría escribir del vacío de una hoja en blanco, describir ese abismo. Podría escribir del ritmo de la gente, de sus pasiones, de sus miserias, de sus engaños. Podría escribir tal vez de los golpes del mar en un lunes de madrugada, o como la luna araña las olas a rachas intermitentes. Podría escribir palabras que, entrelazadas, hicieran una frase idílica, perfecta, a mi sentido. Podría escribir del tiempo que hace que no pienso en el tiempo, de los relojes malformados, de los minuteros condenados a girar eternamente en una esfera. Podría escribir del látigo que es la poesía, de sus duros colmillos que se clavan en el alma para hacerla sangrar o para salvarla. Podría escribir acerca de las esquinas, esas que sirven de escondite o de terreno para telarañas, o para pasiones perdidas. Podría escribir lo que encuentro en el vientre de las botellas cuando se apuran las copas de ahora y de después, del tabaco que seca mi garganta, del desgaste de una vida insulsa. Podría escribir parlamentos, oraciones, salmos, sermones y ordenanzas. Podría escribir quizás la matutina rabia de despertarse sin ganas, la de no dormir por obligación. Podría pasarme la vida sin escribir sobre ti. Pero el problema es que entonces no estaría diciendo nada.