Observando, mirando, el fluir de las aguas a través de las olas, en ese vaivén suave, a través, de esas pequeñas ondulaciones, que llevan el agua junto a la orilla acompañada de su espuma y, del mormullo que produce el choque de unas olas contra otras, rompiendo junto a la orilla y dejándonos esos olores salinos.
A través de dicho balanceo mis ojos tienen la sensación de percibir tu figura, translucida a través de los rayos del sol, una figura sesgada muy difuminada apenas reconocible a mis ojos, una figura muy difusa he irreconocible.
Llegada la noche la mar se apacigua, las olas dejan de manifestarse con bravura convirtiéndose en una balsa mansa de aguas suaves, las cuales llegan a alcanzar mis pies llegándome a la altura de los tobillos con mucha timidez, aguas limpias que la luz de luna acompaña acariciarme mi cuerpo con suavidad mi piel dándole suaves masajes en su vaivén.
La noche es suave, como suave es su piel, piel de mujer, que bajo la luz tenue de la luna se deja acariciar sin ella querer, noche clara de luna llena que tu figura realza en la distancia, en la semioscuridad de la noche su figura parece mas fina al verse translucida en la distancia a través de la luz de la luna.
ANSANSO
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