Y SIN PENSARLO MUCHO
Por DavidDeSiempre
Enviado el 15/03/2021, clasificado en Adultos / eróticos
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Los días de marzo en este año han sido acompañados de mucha flojera y bochorno, hay ocasiones en las que, salgo solo a fumar un cigarrillo en la sombra para no dormirme en mi oficina. El lunes estando sentado recibiendo el tenue soplo de viento, llegó a mí el aroma de un perfume, a mi lado y sin darme cuenta estaba la pasante de turismo que desde hace unos meses labora en la empresa.
Solo miré de reojo a la chica, no tan interesante a mi parecer, ya la había mirado muchas veces y es una de esas chicas un tanto torpes y escuálidas que tratan de embonar en un lugar de trabajo.
-Gustas? –me dijo ofreciéndome un cigarrillo y con una sonrisa nerviosa.
Acepté el cigarrillo y en seguida me ofreció el suyo para prenderlo, se sentó a mi lado y luego de un par de fumadas ella nuevamente junto valor para hablar de nuevo.
-¿Acaso, te caigo mal contador?
-¿por qué lo dices? –le dije.
-No lo sé, siempre me miras con desdén, a veces te saludo y apenas me contestas y a veces en la hora de comer siento que comes demasiado rápido para no platicar conmigo, ¿pasa algo? ¿Algo de mi te molesta?
Honestamente me sentí incómodo, no presto mucha atención a la gente y pensaba que los demás tampoco me daban mucha atención. Le di la última fumada al cigarrillo y levantándome le dije.
-no soy una persona que salude a todo mundo, perdona si mi actitud fue hostil pero solo guardo mis atenciones para personas que estimo mucho.
Caminando sin voltear solo escuche una frase al viento.
-Es que quiero ser especial para ti.
Solo detuve mi andar unos segundos, sonreí un poco sin voltearla a ver y continué mi camino mientras sentía un hormigueo en mi entrepierna al escuchar sus palabras. Mierda!!! Ahora ella estaría en mi mente y entorpecería mi tarde, pero probablemente ella haría algo, no lo sé, tal vez ella sintió que puede ahora, llamar mejor mi atención.
No tardó mucho en hacer su jugada, luego de una hora, mi asistente me avisó que querían hablar conmigo, la puerta se abrió y con paso firme entraba Fabiola, (pues así se llama) con una sonrisa coqueta y ese brillo en la mirada que denotaba unas deliciosas intenciones.
-Tal vez mi error fue pensar que tendrías atenciones conmigo de la nada, y no me puse a pensar que quizá yo debí tener iniciativa si quería ser alguien de tu afecto. De modo que, te traje un refresco para que no sientas tanto el calor, no lo sé, probablemente pienses en mi cuando lo bebas.
-Estoy agradecido Fabiola, aunque no entiendo qué harías tu tomando la iniciativa para que alguien te estime, según sé, medio hotel anda tras una oportunidad contigo. Mejor cuéntame de plano, ¿qué es lo que quieres? Yo estoy abierto a cualquier posibilidad, pero es mejor hablar claros desde el principio.
-Demonios contador. –Dijo Fabiola sentándose y cruzando las piernas en mi escritorio. –Le quitas el sabor a la planeación, pero bueno, es justo que sepas que pretendo contigo.
-Te he notado desde hace algunos meses, tienes algo que me volvió loca desde el principio, no lo sé, no eres el más guapo ni el más atlético, pero, tienes porte y un encanto que me hizo empaparme mucho. Es cierto, muchos chicos del hotel me han dicho que quieren salir conmigo, incluso compañeros de tu oficina, pensaba que eventualmente vendrías también a decirme que me invitas a tomar un café. Sin embargo, siempre pasabas de largo sin mirarme siquiera, haciendo que te deseara y quedara empapada luego de inhalar tu perfume. Voy a ser muy franca contigo David, me gustas… no sé qué tienes en las venas que cada que te veo pasar mi corazón se vuelve loco y mi sexo no deja de empaparse, por si fuera poco, también escuché rumores, me han dicho que has tenido aventuras con algunas compañeras y alguna que otra clienta, eso definitivamente aumento mi curiosidad y mi deseo. Entonces, aquí estoy, tomando la iniciativa de conocerte y de saber si en verdad eres el hombre que imagino.
-¿Y si no lo soy?
-Yo solo pido la oportunidad de conquistarte, de ser esa mujer que te llena de atenciones y que te entrega su todo por el momento que sea necesario, sé que tienes esposa y nunca pretenderé ser un problema, de hecho, el saber que eres prohibido me hace desearte más, pero no soy una maldita, no me atrevería a pensar siquiera en ti sabiendo que eres fiel. Pero ya he escuchado que has tenido otras amantes y por ello acepto el reto de conquistarte y de ser lo que quieras que sea y me hagas a tu antojo.
-déjame ver si entendí. –dije mientras cruzaba una pierna y me reposaba completamente en el respaldo de mi silla. –Me estás diciendo que, esperabas que yo fuera tras de ti, pero en vista de que eso no pasó, ¿me dices que quieres ser mi amante?
Ella bajó de mi escritorio, se puso de rodillas y acariciando mis piernas me dijo: -Quiero que me hagas tu puta, pero no quiero que me cojas nada más por coger. Por eso quiero la oportunidad de conquistarte, de hacer que me desees, de que tu verga que ahora ya está dura te pida a gritos que quiere enterrarse en mi culo, quiero ser esa perra a la que deseas tanto como yo te deseo a ti.
Y sin pensarlo mucho, bajó el cierre de mi pantalón, metió su hábil mano delgada y blanca sacando mi verga dura y perfectamente hinchada, sis manos me masturbaban haciendo lujo con sus uñas largas y en ese tono morado, yo sentado mirando que nadie viniera a mi oficina mientras ella de rodillas mirándome a los ojos.
No perdió tiempo y luego de un par de lengüetazos se metió mi verga completa en su boca, era una delicia sentir su saliva y su lengua mamándomela con deseo, aquella imagen que en mi mente vivía de una chica escuálida y sin chiste cambió a la de una mujer ardiente y cachonda, me excité más y con mis manos presionaba su nuca para clavarle toda mi verga en la garganta, ella completamente se la comía y una vez sintió el reflejo nauseoso me miró fijamente mientras su mano me masturbaba.
Esta puedo ser yo, si me das la oportunidad de venir a verte a diario.
Tomó un kleenex y me limpio la saliva de la verga, cuidadosamente la introdujo en mi pantalón y cerró el zipper. Se puso de pie y se acomodó el cabello, con esa sonrisa descaradamente cachonda se abotono la blusa, se acercó nuevamente y tomó mi mano. –Siente, me tienes empapada David. –Yo sentí su pantalón muy mojado y caliente, ella me dio un eso en la boca y salió de mi oficina dejándome caliente y deseoso de penetrarla por todos lados.
Ahí inició un juego donde ella coqueteaba conmigo mientras que, en ratos fugaces entraba a mi oficina para desabotonar su blusa, exponer sus tetas y besarme para pegar mi cara a ellas.
Hoy es diferente, no vino, mandó una nota.
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Continuará...
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