"Que el infierno te sea leve"
Murphy, quizás.
El casamiento es realizado con la presencia de pocos invitados.
"A la altura de las circunstancias", considera el novio; ya la novia, lamenta no haber sido más dura en un tiempo donde su boda quedaría registrada en la historia como la más fastuosa jamás vista en suelo patrio; de ninguna manera esta infame y triste fiesta de ratas, que la agobia enormemente.
Entretanto, el recuerdo de la boda ha de durar lo que ni se acerca a lo efímero, comparado a lo que vendrá.
"Será una luna de miel tan larga como lo es la eternidad", promete el novio, a instantes del "sí, quiero".
Menos de cuarenta horas después, entre las tres y las cuatro de la tarde, los recién casados se despiden de la vida; él, con una bala en la cabeza, y ella, con una ampolla de cianuro.
Inmediatamente, a dos pasos de atravesada la última puerta, la eterna luna de miel del führer y Eva Braun comienza... en el infierno.
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