El profesor, su mujer y su alumna

Mientras el profesor, un hombre de unos 45 años, folla a su mujer, de la misma edad, ésta, con los ojos cerrados le estruja el pecho con ambas manos. Después, él le pregunta por qué le agarraba el pecho como si fuese de una mujer. "Es que me imaginaba que me follaba una mujer con un pene artificial", le dijo. "¿Te gustaría acostarte con una mujer?", le pregunta su marido. "Sí, lo deseo, pero con una mujer joven, no de mi edad. Una joven a la que le coma el coño y me lo coma a mí mientras tú nos miras", le explica. "Creo que tengo a esa joven, e s una alumna que se me ha insinuado varias veces. Necesita aprobar mi asignatura para no perder la beca y me ha sugerido que está dispuesta a todo". "Pues tráela a casa", le pide su mujer después de pensar un momento. 

La joven se presentó en su despacho el día siguiente, insinuante. "¿Qué se te ofrece?", le preguntó el profesor.

"Faltan dos días para el examen final y no llevo bien su asignatura. Necesito imperiosamente aprobar", le dijo ella.

El profesor le entregó un pequeño papel con una dirección. "Ve esta tarde, a eso de las seis, ya veremos si estás dispuesta a todo como me has asegurado otras veces", le dijo.

La joven cogió el papel con una sonrisa y le dijo: "Se lo demostraré".

Fue puntual, a las seis pulsaba el timbre de la puerta de la casa del profesor. Abrió éste y la guio hasta un gran salón, en donde esperaba sentada su esposa. La joven no esperaba que estuviese presente ella, pero no se amilanó por ello. "¿Cómo te llamas?", le preguntó. "Sara", contestó. "Me ha dicho mi marido, tu profesor, que estás dispuesta a todo por aprobar su signatura. Permite que lo dude". La chica calló un momento y después dijo: "A lo que sea".

"Pues desnúdate, arrodíllate y chúpasela a mi marido hasta que eyacule en tu boca", le dijo.

La chica pareció dudar un momento, pero enseguida empezó a quitarse la ropa. Cuando sólo tenía sobre su cuerpo la ropa interior, dijo: "Quiero tener las preguntas del examen en mi bolso antes de seguir". 

La mujer le dirigió a su marido un movimiento de cabeza y éste salió del salón para volver enseguida con un folio que le entregó a la joven alumna. Ella echó un vistazo, metió el folio en su bolso y terminó de desnudarse. Acto seguido se arrodilló ante el profesor. El hombre se bajó los pantalones y el slip y tomó el pene con una mano agitándoselo hasta que se puso duro.  Lo metió en la boca y la chica lo chupó con gran habilidad.

"¿Cómo aprendiste a chupar tan bien?", le preguntó la mujer. "Con mi primo hermano", dijo la chica deteniendo la chupada. La mujer la cogió de una mano a la chica, le dijo que se levantase y se fue con ella al dormitorio.  El profesor quedó solo y con el pene erecto, compuesto y sin novio.

Una vez el dormitorio, la mujer se desnudó lentamente. "Mírame", le pidió a la joven. Una vez desnuda, le dijo: "A quien vas a comerle los genitales es a mí, y espero que lo hagas bien y en profundidad". Se acostó con las piernas abiertas e indicó a la chica con un gesto de la mano que se colocara encima y le hiciera la faena. El profesor asomó por la puerta. La joven alumna, de rodillas entre las piernas de la mujer, metió la lengua en su vagina y la movió rápidamente, mordisqueó la vulva y le estrujó los pechos, provocándole un gran placer desconocido hasta entonces. Después le dijo que se tumbara ella. "Quiero probar a qué sabe un coño", le dijo antes de meter la cabeza entre sus piernas. La joven también disfrutó de la experiencia y le gustó que el profesor mirase con su pene erecto que no terminaba de desfogarse mientras sentía varios orgasmos seguidos.