Enciendo la luz una, dos, tres, cuatro y cinco veces, agarro fuertemente el despertador con mi mano derecha ¡todavía no es la hora! Me repito a mí mismo, vuelvo a dejar el despertador sobre la mesilla una, dos, tres, cuatro y cinco veces, plancho las arrugas de la sábana; ¡es horrible dormir entre arrugas! Intento soñar contigo como cada noche; el despertador suena una, dos, tres, cuatro y cinco veces; me levanto despacio antes de apoyar los pies en el suelo vuelvo a contar; me dirijo corriendo hasta la ventana y te veo pasar; me ves a los ojos ignorando lo que oculto, sonríes como solo tú sabes hacerlo, abro la mano y antes de pegarla a la ventana cuento de nuevo, lanzas un beso al aire ; las palomas del parque salen a su encuentro, te alejas lentamente siempre por el lado derecho del camino atenta para no pisar las rayas de limitación. ¡Hasta mañana! te digo en silencio, antes de volver a la cama me lavo bien las manos despues de haber tocado la ventana no sin antes contar una, dos, tres, cuatro y cinco, me seco y dejo la toalla bien estirada en el colgador, plancho de nuevo la sábana y duermo soñándote.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales