Los jinetes tenebrosos van vagando por los aires, causando terror a la humanidad, con sus acciones corruptas y egoístas, atentan contra los vasallos de los pueblos, que ignorantes y acobardados, ven asustados como los jinetes, arrollan todos los sentimientos de compresión y respeto, educando el desastre como algo inherentes a los hombres, la destrucción, el engaño, el crimen, son sus armas habituales, aprovechando la falta de información veraz, roban más que bienes materiales, hurtan la vida, la fe, que ellos hace tiempo no tienen, y por los aire van dejando su olor fétido a la humanidad indefensa, aprovechando palabras resonantes, altisonantes, usurpadas de la honestidad, que no conocen su significado.
“LIBERTAD, JUSTICIA, FRANTERNIDAD, TRABAJO.” que los hombres de bien emplean en sus acciones, y no en palabras vacías y venenosas que derrumba la tierra, el aire, el océano, el mundo, como los jinetes tenebrosos, que asesoran para que esas masas de sencillas mentes, se sientan pecadores de no sé qué pecados, y aplaudan sus crímenes, con vítores de alabanza, a los genocidios que producen e inducen a producir a débiles sin criterios y personalidad, que se les ha enseñado lo que tienen que pensar, no a pensar con criterios propios y honrados, pero fundamentalmente propios, haciendo caminos para el bien de la sociedad, no para provecho de una élite, que creen tener derecho a masacrar a los pueblos para su engrandecimiento, que los sicarios sin ningún escrúpulo, se regocijan en difundir su hedor, como algo brillante.
Nos venden la felicidad, en formas de materias deformes e imprecisas, nos halagan de nuestra independencia y libertad, que es mentira, mientras nos desvían a unos caminos que van hacia el abismo, insensatos e ignorantes de su propia ceguera, solo soberbia para ellos, el poder imponer sus falsos criterios por encima de todas las cosas, de la vida y de la muerte.
Pero un día vendrá un CID CAMPEADOR, que blandiendo su espada Tizona sobre la cabeza, montado sobre su caballo Babieca, y ayudados por todos los marginados, desheredados, muertos de hambre, humildes, que con el emblema de la esperanza en el estandarte, derrumbará la barbarie impuesta por la falsedad y el miedo, y harán unidos, sacar de la oscuridad a la luz su secreto, su “incapacidad de ser hombres”, y humillados por la verdad, los jinetes tenebrosos, jurarán arrepentimiento, y se pondrán de rodillas, con llantos en los ojos, antes el universo, finalizando así su mandato infame y vergonzoso.
Y cada palabra volverá a ser reconocida por su verdadero significado.
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