Denunciar relato
La verdad duele en muchas ocasiones, pero ese dolor bien encauzado te hará progresar y te ayudará a resignarte. Sólo los "golpes de realidad" te hacen tener los pies en el suelo, y te vuelven más humilde. Tienes que aferrarte a ella y no caer en las garras y la tentación de la mentira. Ésta, a corto plazo, es "balsámica" porque te engatusa para no sufrir, y así hacerte ver que la felicidad se puede conseguir con una simple máscara. Sin avisarte que las cuerdecitas que la sostienen son muy débiles, y una vez que se rompen quedas al desnudo. Ahí es cuando aprendes que la verdad duele, pero la mentira mata.
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