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El trovador
Aquesta vida que vivimos
ensueño es e no más,
trazada como el camino
de la que es eternal.
Sin inquietud e sin penas
sin reproches ni sorpresas,
dulce e serena
la niñez en pos anhela.
Feliz después la juventud
despierta, como la flor abierta
de una dádiva inquietud.
Previniendo los tesoros
de sus hechos más gloriosos
e guardando cautelosos
los ganados por sus manos.
Los deleites que tenemos
e riquezas que gozar,
los castillos e las villas
¿cómo podremos guardar.
Sin que la sombra invisible
de esta muerte inesperada,
dé con ello hasta lo sumo
e nos arrebate el alma?
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