Denunciar relato
Su fotografía, el dolor,
el vacío, la desesperación
por querer fundirse en un abrazo
de eses que detienen el tiempo
desencadenó un ataque de ansiedad
aún más fuerte de aquel que sufrió
cuando ella se fue.
Sus ganas se esfumaron,
sus fuerzas se rompieron.
Su virilidad desapareció,
las piernas se doblaron
y en la cama cayó.
Acaba de sentir el brazo amargo
de la depresión y junto con
la mochila del arrepentimiento
ejercían un peso demoledor en su alma,
incapaz de soportar.
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