TEMO CONTINUAR ESCRIBIENDO...
Por Serendipity
Enviado el 23/06/2021, clasificado en Terror / miedo
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Temo continuar escribiendo. Todo lo que imaginé y plasmé en el papel se acaba de cumplir en las últimas horas. Únicamente quedo yo, acompañada de cuatro cadáveres, en esta casa de horrores creados por mi mente enajenada, pero ahora "ellos" están vivos...
Y a mi pesar, continúo traspasando pensamientos al papel.
<<La vieja mansión permanece a oscuras. Ahora sólo tengo este candelabro que ilumina apenas a mi alrededor, en la pequeña habitación cerrada con llave desde fuera. Mis dos tías, la cocinera y su marido el mayordomo, se mueven en el piso inferior, oigo el alboroto de muebles caer y el leve gorgoteo que emana de sus cuellos cortados, como si quisieran comunicarse de algún modo infernal.
A pesar del frío, el sudor resbala por mi frente. Lo enjuago con la manga de mi jersey de lana. Veo las gotas de sangre en ella y como un fogonazo se me aparecen los cuatro delante de mí en la mesa, durante la cena
Sonaron las siete en el reloj de péndulo, ellos hablaban de la herencia de mi madrina Luisa. Reían, ideando formas económicas para el derribo de la casa, como "pegarle fuego a esta vieja choza de madera podrida". No contaban para nada conmigo, la "insignificante y rarita chica apadrinada por la vieja Luisa"; ya lo daban por hecho.
Fue durante las campanadas cuando los platos y los cubiertos empezaron a moverse derramando la comida y entre el primero y el último "dong", los cuchillos saltaron hacia el cuello de los comensales, clavándose y desgarrando piel, carne, tendones, y destrozando sus decrépitas gargantas.
No me quedé a mirar más. Sólo escuché los gritos de esos desgraciados mientras huía escaleras arriba, al aposento donde tengo mi escritorio. Escuché como la llave giraba por fuera al tiempo que se apagaban las luces.
La noche nublada por la tormenta no permitía que ni un leve rayo de luz de luna entrara por las ventanas pero el verdadero motivo de sus tropiezos es que los cadáveres estaban ciegos. Ahora son parte de la casa, la que les ha quitado la vida, y con maleficencia les ha entregado otra. Sé que subirán a buscarme. Es cuestión de tiempo que encuentren la escalera...>>
Dejo el lápiz con indignación. Ya no soporto escribir más. La casa es mía. ¡Es mía! Y siempre obedece mis deseos.
—¡Basta de ruido! ¡Ábreme la puerta y deshazte de esos cadáveres! Sé buena, eso no tiene ninguna gracia... haz caso a tu niña...
©Serendipity
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