A veces

A veces nos enamoramos de la brisa que, cautivadora y hechicera, nos invita a danzar con ella, por más que sepamos que solo nos aguardan momentos efímeros.

A veces abrazamos la tormenta, remontando las olas con el único objetivo de sentirnos seguros en el ojo del huracán.

A veces de las llamas en las que con gusto nos inmolamos tan solo quedan las brasas o ni tan siquiera cenizas.

Desde lo alto de la cumbre importa el momento, no lo sufrido en el ascenso ni lo que aguarda en la bajada.

En el ardiente desierto guardamos memoria del oasis que dejamos atrás, aunque sea preciso avanzar para salvar nuestras vidas.

Nada nos es dado sin tener que entregar algo a cambio, mas en el balance que hacemos solo pesa aquello no intentado.

Pues todo lo que se vive, se siente y se comparte es una luz que alumbra mismo en la más profunda obscuridad.