PRÓLOGO

Sueño que caigo, que estoy sumida en una profunda oscuridad, inmersa en un vacío que no acaba nunca.

Y yo me pregunto ¿puedes caer si nunca vas a llegar al final? Quizás ese no sea el caso, quizás no signifique eso, probablemente esté encerrada en una especie de burbuja o halla caído sin darme cuenta en un agujero negro. Seguramente haya muerto sin darme cuenta y esté entrando sin querer en una oscuridad eterna, donde nunca dejas de caer.

Donde nunca dejas de lamentarte por tus errores. Puede que esté en el infierno y no lo sepa, aunque jamás lo hubiera imaginado de este modo, tan… vacío.

Escucho su voz en mi cabeza, y entonces lo entiendo, estoy acabada, no hay nada que yo pueda hacer para salir de este limbo. Y lo peor es que estoy aquí por mi culpa, por amor, y por no saber decidirme. No lo soporto mas, hago un esfuerzo en traer a mi mente paz, luz, y el rostro de las dos personas a las que amo. Pero solo me viene una de ellas, su rostro es calido y hermoso. Por un momento me embarga un halo de esperanza, pero pronto desaparece y todo por lo que he luchado hasta ahora se esfuma.

Me envuelve la agonía, el cansancio, me encuentro perdida y siento un calor sofocante.