Versos de una poesía anacrónica y gastada
su nombre me suena a jarros canteados
a lo largo de un río espeso
su cabello
ése que tanto acaricié
bajo los vientos del Norte furioso
guarda para mí el ámbar erótico
del fuego iniciador de mis juegos animales
su estrecha cintura, tan redonda
de árbol
me recuerda que alguna vez fuiste mía
dolorosamente
te deseé como a nadie
como cuando la luz se impulsa y no vuelve
ni volverá jamás
oh muchachita de pasos alegres
sonrisa albugínea y limpia
tus pechos
gibosos
me alimentaron pocos veranos
tu boca
activa propulsora de emociones
vació mis turbulentas y poderosas fuentes de expresión
oh Ixik
contigo, las flores y la primavera surgen
jóvenes eternas
no puedo negarme
lo que para mí hoy
después del paso de los viejos inviernos
significa vida, juventud y deseo
no puedo negármelo una vez más:
aún la pienso
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