Buena gente
Por Cipriano Lorenzo de Ara Rodríguez
Enviado el 13/07/2021, clasificado en Drama
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María, sí, María, nació para morir pronto. Eso decían. Enfermita. Lloraba y dormía. Mamá y papá se pusieron tristes. Yo jugaba bajo la mesa de la cocina con un indio Apache y un soldado montado a caballo. Mi perro, porque era mi perro, estaba siempre a mi lado, mirándome, moviendo el rabo cuando también yo lo miraba y le pedía que ayudara al indio. Siempre al indio. Oía a mi hermanita llorar. Oía el silencio cuando dormía. Oía hablar a mis padres. Así un día mi padre descubrió la bebida y mi madre también. Mamá cocinaba cada vez peor. Borracha. Papá se hizo violento, pero no con mamá, no con mi hermanita, pobrecita, tampoco conmigo, pero se volvió una bestia con mi perro. A patadas lo movía por casa. Una mañana, pocos días antes de Navidad, el perro, mi perro, amaneció muertito. Bajo la mesa de la cocina, con el indio Apache cerquita de su boca. Ese día supe por primera vez lo que es odiar. Sentí frío, ganas de llorar, pero no lloré. Ganas de matar, pero no maté. Ganas de gritar, pero no grité. Mi hermanita, enferma, lloraba, más que otros días. La besé con amor. Mamá rompió una botella y papá se enfadó. Y para echar fuera el enfado tenía que buscar una cosa a la que hacer daño. Ya no estaba mi perrito. Nunca le puso la mano encima a mamá. Hubiera dado la vida por mi hermanita. No se acordaba de yo que estaba por allí. Salió a la calle en busca de bronca y la encontró. Otro papá lo mató golpeándole la cabeza con un martillo. La policía llegó a casa y anunció a mamá que papá había sido asesinado. Lloró, claro, pero a mí el llanto de mamá me pareció lejano. Bajo la mesa, sin perro, sabía que mi hermanita se estaba poniendo mejor. Que la vida nos esperaba para abrazarnos de verdad. Que estaríamos mucho tiempo juntos. ¿Y mamá? ¿Qué fue de mamá? Ya no recuerdo el día que salió y no regresó. Ya no recuerdo cómo se llamaba. Ya no recuerdo casi nada. Mi hermana y yo vivimos en P. Yo trabajo en una carpintería y ella es camarera de piso. Somos gente de bien. Tenemos un perro. No bebemos. Mi indio Apache y mi soldado montado a caballo siguen ahí. Encima de un mueble de la sala.
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