CAMILA Y SUS HIJOS (2/2)

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Cogió la bolita de arriba con cuidado de no tocar la piel y la giró con curiosidad más que otra cosa. Para entonces el cava ya había hecho su efecto y Manolo no perdió la oportunidad de intentar montárselo con las dos, si conseguía que Camila se relajara.

Preguntó si no me picaba el pubis cuando empezaba a crecer el vello después de afeitarlo. Le dije que me lo hacía con crema depilatoria, todo menos los labios, donde si utilizaba la cuchilla. Comentó que ella se lo afeitó una vez y luego le picaba tanto al crecer que nunca más volvió a hacérselo. Contesté que al principio me molestaba y después me acostumbré y no volví a tener picores.

Me pidió permiso para tocarlo y la invité a hacerlo. Mientras me acariciaba, miré a Manuel y levantó la cabeza a modo de pregunta, yo contesté afirmativamente con la cabeza. Los dos estábamos de acuerdo en tener una aproximación mayor a Camila.

Levantándose de la silla dijo que ya estaba bien de acariciarnos entre nosotras y que tenía la polla clavada en la cinturilla del bañador. Ante la mirada de sorpresa de Camila la bajé el bañador hasta las rodillas y cogiéndosela con la mano tiré hacia mí y le di un beso en la punta, respondió cogiéndome los pechos.

Aplasté la mano de Camila contra mi pubis y me acaricié con sus dedos. Manuel acercó la mano los pechos de Camila y metió una mano por dentro de la tela. Sorprendida no dijo nada y se dejó hacer por los dos con la mirada fija en el suelo. Manuel apoyó un pie en su silla, entre sus muslos y ella dejó resbalar el cuerpo por el respaldo hasta que contactó con el pie. La cosa ya estaba clara, nosotros queríamos follárnosla y ella no ponía reparos.

Manuel empezó a acariciar su pubis con el dedo gordo y hábilmente retiro la tela para acariciar la piel. Pegué mi silla a la suya y le quité la parte de arriba del bañador. Manuel se ocupó de soltarle los lazos de los costados que unían la parte de abajo, ella se dejaba hacer. Ya no había duda, estaba excitada y entregada.

Empecé a chuparle en serio la polla a Manuel y Camila acercó su cara a la mía cogiéndole los huevos con las manos para chupárselos. Cuando le ofrecí la polla sacándomela de la boca, no dudo en comérsela. Manuel se puso de pie entre las dos y mientras Camila ahora se ocupaba del pene, yo me metí un huevo en la boca.

No quería correrse antes de tiempo y nos retiró diciéndole a Camila que se pusiera de rodillas en la silla con el culo hacia afuera. Se colocó detrás de ella y palpándole la entrada se la metió de golpe y sin darle tregua empezó a follársela, mientras yo amasaba sus pechos.

Tenía que estar muy necesitada o fue la novedad. Empezó a jadear dando muestras de que estaba a punto de correrse. Manuel le untó saliva en el ano y se lo masajeó metiendo la punta de un dedo, yo le apreté los pezones y se corrió mordiéndose los labios para no gritar.

Me coloqué al lado de Camila con el culo en pompa y según se la saco a ella me la metió a mí. Conmigo no fue tan comedido, me escupió en el culo y metió dos dedos bombeándome al ritmo de la polla. Le acerqué la cara a Camila y le pedí que sujetara el piercing de un pecho con los dientes y me pasara la lengua por la punta del pezón. Me corrí atacada por todas partes.

Más que pedirlo, Manuel nos ordenó ponernos de rodillas en el suelo y acercó la polla a nuestras caras. Se la chupamos por turnos y antes de correrse nos preguntó cual de las dos quería la leche. Camila se aferró al mástil y no lo soltó hasta que Manuel se vació. Me abalancé sobre ella y metiéndole la lengua en la boca compartimos la corrida.

Sentó a Camila en la mesa y desplazó su espalda hacia atrás dejándola tumbada con las piernas en abiertas en alto y metió la cara entre sus muslos. Aunque no podía verlo, sabía que alternaba la lengua entre el clítoris, la vagina y el culo, como a mí me gusta que me lo haga. La chupó hasta que se corrió de nuevo y luego me dio a mí la misma medicina, con Camila tirando de los piercings de mis pechos.

Una vez recuperados entramos a la autocaravana y cogimos a los niños en brazos, los llevamos a su caravana y nos despedimos de Camila deseándole las buenas noches.


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