La vergüenza me tiene presa en un mar de lágrimas. Tan solo si pudiera alzar la voz, para gritarle al viento lo que siento.
Yo no soy feliz con lo que tengo, aunque tenga demasiadas cosas.
Una lágrima cae por mis mejillas, una flecha me atraviesa el corazón, mis parpados se cierran poco a poco y mis rodillas rozan el suelo estrepitosamente gritándole a Dios que me dé otra oportunidad.
El cielo se oscurece y oculta mi vergüenza tras de sí. Las nubes tapan el sol y una gota de lluvia roza mis mejillas.
En el suelo se forman charcos, unos charcos negros como las nubes del cielo.
En mi corazón también llueve, pero las gotas son más espesas y negras y van formando un agujero negro que nada ni nadie seria capaz de salir de él. Eso hace que cada vez me sienta mas vacía.
Hago un esfuerzo por levantarme del frío y húmedo suelo y camino por la oscuridad y la tristeza que mi mente ha provocado días antes.
Mis mejillas siguen húmedas a causa de las lágrimas que acaban juntándose con las gotas de lluvia al final del recorrido.
Me paro en seco al notar una pequeña brisa y siento que aun me quedan esperanzas. Pero solo hay una forma de conseguir mis objetivos, que ahora, están tan distantes.
Tan solo quiero ser una persona libre, y sentir que puedo volar mas allá de las nubes, porque hasta ahora no he ido mas allá de mi propia mente, la cual, es una prisión,
una cárcel para los que se sienten culpables de ser como son.
No es que me sienta culpable, pero tengo algunos defectos de los que me gustaría deshacerme, como por ejemplo, la vergüenza, que me ata de pies y manos cada vez que tengo que hablar en público. El miedo a salir sola de casa, a sitios que están lejos.
Si mis amigos estuvieran aquí ahora les pediría que por favor recogieran los pedacitos de mi alma que dejaron caer el día del miedo y la vergüenza.
Pero qué mas da, ellos no comprenderían el por qué de mi cobardía.
Cada momento que pasa, cada minuto, se me hace imposible de superar, y a cada segundo que pasa la eternidad se apodera de mí.
Hay tantas cosas que me gustaría hacer en esta vida, pero me son inalcanzables, como me es inalcanzable la inmortalidad, pero hay gente que dice que solo el alma puede llegar a ser inmortal, solo los sentimientos perduran.
Que triste es no tener a nadie con quien compartir mis penas. De todos modos no lo comprenderían. Es lo que sucede siempre.
De momento mi única amiga es la soledad, que se hace pasar por intima, pero lo único que consigue es alejarme más de las personas. Quizá sea la timidez, o el miedo a lo desconocido, pero yo me pregunto si algún día saldré de mi cascarón, y tendré el suficiente valor como para volar lejos.
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