Estoy harto y la colera se apodera de mi,si
os creeis que voy a permitir semejante acoso,
vais apañados.
Me levanto de un salto y cojo mi arma.
Empiezo a matar a todo lo que se mueve,niños,jovenes,
mujeres hombres,ancianos.
Todos caen bajo mis golpes,no hago ninguna distinccion.
La locura de la batalla se apodera de mi y solo veo
casi muertos que no saben aun,lo que les espera.
Mandoble va,mandoble viene,a decenas,a centenas,veo
como caen y mueren.
La sangre y las visceras empapan el suelo,convirtiendolo
en un barro rojizo y pegajoso.
Nada puede detenerme,soy el ayudante de la parca y
sigo con la matanza.
Hasta que ya no queda nada que matar y aplastar.
Por fin me abandona,el delirio que produce el sangriento
baile de la muerte.
Cansado,por fin me doy cuenta,de lo que he hecho.
He matado por lo menos a cien moscas.
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No deberia dejar las mosquiteras abiertas.
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