Nos rehacemos
con amor, desde la emoción más intensa,
compartiendo las partes
que nos ilusionan.
Podemos dar con las bases
que nos reponen con alturas
maravillosas, hermosas,
que nos colocan generosamente,
en un punto de libertad.
Nos escuchamos,
nos atendemos con empeño y fuerza,
y continuamos hacia ese bien
que nos aligera con belleza.
Estamos en calma.
Nos necesitamos más.
Lo tenemos todo,
hasta estima y salud.
Alucinamos en nuestro ecosistema
con procesos de apertura.
Los usos nos conducen
por itinerarios nobles, de confort.
El entusiasmo nos sirve de guía
para avanzar y superar conceptos
y momentos de todo tipo.
Nos comprendemos.
Nos ubicaremos en el epicentro
de una verdad sagrada
con la que nos incluiremos
en un catálogo sin misterios.
Nos alineamos.
Somos un calendario fraguado
entre bondad y aprendizaje.
Nos emplazamos
en el centro de la virtud.
No aguardamos nada.
Tenemos todo.
Juan Tomás Frutos.
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