Mi morboso primo José Antonio
Por Pía Nalda
Enviado el 02/09/2021, clasificado en Adultos / eróticos
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Mi primo José Antonio se me confiesa alguna veces. El otro día, en la terraza de una cafetería, me contó algunos recuerdos amargos. Siempre se ha considerado una persona mediocre. Hijo mediocre, hermano mediocre, trabajador mediocre, marido mediocre, padre mediocre, abuelo mediocre. Como escritor, su vocación frustrada, también se considera mediocre. Me dijo que una vez, en la adolescencia, confesó a su madre que le gustaba mucho una vecina rubia de su misma edad y como ella era amiga de su madre le pidió que los presentara. Era tímido y no se atrevía a abordarla. Su madre le dijo que él no sabría qué hacer con una mujer. Esa afirmación se le clavó de tal manera en la mente que le impidió acercarse a una chica hasta que en un viaje con unos amigos de sus padres coincidió con su hija.
Su segundo hijo nació muerto y de su querida abuela, católica a ultranza, escuchó la siguiente pregunta: "Qué has hecho para que Dios te castigue?"
Cuando en la oficina le destinaron a una sucursal en un pueblo a 50 kilómetros de su ciudad de residencia, su padre le dijo a su hermano, empresario, que lo contratase para evitarle dos viajes diarios por carretera. Pero su hermano, sin preguntarle a él a lo que estaba decidido, le comentó a su padre que no tenía un trabajo de ocho horas.
Yo sé lo que mi primo espera de mí cuando me confiesa lo que denomina sus miserias. Vamos a mi casa y me masturbo delante de él profiriendo gemidos ruidosos hasta que se le empina, entonces le dejo que hurgue en mi ano y luego le hago una mamada intensa hasta que vacía su próstata en mi boca y trago todo su semen. La familia está para eso.
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